CAPÍTULO CUATRO: Explicaciones y Mary!!!!!

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Era una mañana de un martes nublado, como eran últimamente los días de mediado de marzo, se sentía el frío en la piel, pero las esperanzas crecían al ver que la primavera estaba a la vuelta de la esquina, tan solo hacía un día que ya habían terminado las vacaciones por pascua y las clases se volvían a impartir, aunque los alumnos no las hayan podido disfrutar del todo, ya que los profesores les habían dejado una montaña de deberes. Por lo que no era raro que el comedor estuviera con tanto movimiento, a tan tempranas horas de la mañana. Por mitad de la mesa de Gryffindor se encontraba, desayunando tranquilamente a Harry Potter, así mucho tiempo que no se lo veía así, pero todo su buen humor se debía al tónico que le había dado Hermione para calmar sus nervios, y evitar que la "adorada y dulce" profesora Umbridge lo siguiera castigando. Estaba solo ya que Ron no había querido levantarse cuando él lo llamó, y como Neville, que se había olvidado uno de sus libros arriba iba a ir a buscarlo, le pidió que lo despertara, y bueno Hermione siempre se levantaba más temprano que ellos, por lo que se encontraba en la biblioteca terminando unos trabajos que la profesora McGonagall había pedido para la siguiente semana.

- ¿Qué hay Harry? - preguntó una voz somnolienta a un lado de él, que no había visto llegar ya que estaba mirando el negruzco cielo.

Ginny Weasley tenía cara de cansancio, pues, no había pegado ojo en toda la noche pensando en esos chicos, y había decidido contárselo a Harry, ya que él era muy bueno en eso de las deducciones o descubrir secretos. En un principio había decidido pedírselo a Herms, pero luego decidió que era mejor pedírselo al moreno.

-Hola Gin- saludó Harry con una sonrisa que, inconscientemente, dejó deslumbrada, por unos segundos, a la pelirroja, que se recompuso rápidamente.

- ¿Gin? ¿Desde cuándo soy Gin? - preguntó ella con una sonrisa traviesa, sin nerviosismo, algo nuevo en ella, pero que cada día podía controlar mejor, gracias a la ayuda de Herms.

-Desde hoy- contestó inconscientemente del mismo modo. Cho los miraba desde la mesa de las águilas con los celos a flor de piel, si bien su cita en Hogsmeade no había salido para nada bien, no creía que la cambiaría tan rápido, y menos por la tonta de Weasley.

-Está bien Potter, pero ahora tengo algo importante que decirte- dijo un poco más seria, ya que Harry había coqueteado inconscientemente con ella y eso era un avance.

- ¿Qué pasó? - preguntó un tanto preocupado Potter, pero tampoco tanto, últimamente, cuando estaba con esa chica pelirroja, sentía cierta calidez, algo que nunca había sentido en compañía de nadie, ni siquiera de Ron y Hermione, a quienes consideraba hermanos, y mucho menos con Cho.

-En realidad no es nada malo, pero es que ayer vi a unos chico muy extraños y, pues, quería saber si me podías ayudar a ver quiénes son y que hacen aquí- pregunto un poco colorada, pero para su suerte Harry no se dio cuenta.

-Claro Gin- contestó con una gran sonrisa- los buscaremos después del almuerzo.

- ¿Qué harán después del almuerzo? - preguntó Ron mientras se sentaba en la mesa seguido por Hermione y Neville.

-Nada- contestaron rápidamente los dos, para luego mirarse y echarse a reír, mientras Ron bufaba molesto- ¿no estabas haciendo un trabajo Herms? - preguntó Ginny a su amiga.

-Sí, pero Dumbledore mandó a llamar a todos los alumnos para que viniéramos al comedor, al parecer tiene algo importante que decir- contestó con el ceño fruncido.

-Quizás sea sobre esos chicos- la susurró Harry a Ginny a lo que ella asintió.

En ese momento por la puerta del Gran Comedor entraron varias personas seguidas de Dumbledore y McGonagall. Entre ellos se encontraban Arthur, Molly, Bill, Charlie y Percy Weasley, quienes fueron a saludar a sus hijos y hermanos que todavía estaban en Hogwarts, también entraron Fleur y Gabrielle DelaCour, Oliver Wood, Lee Jordan, Remus Lupin, Nymphadora, Andrómeda y Ted Tonk, Sirius Black, que como se veía mucho mejor a cómo había salido de Azkaban no lo reconocieron al instante, Antonio, y cuatro chicas, dos rubia y las otras morenas, los nombres de las chicas era Emma Montange, Elena Ivanov, Effi Von Thülen y Audrey Steven, respectivamente, y dos chicos que parecían hermanos de cabellos color arena y ojos verdes, uno aparentaba tener 20 años, aproximadamente y el otro 13 años.

Un Viaje InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora