CAPÍTULO OCHO: Un rubio tierno

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CAPÍTULO OCHO:

Dominique estaba con sus padres, acurrucada entre los dos como cuando era niña. Fleury acariciaba el cabello de su pequeña, mientras que Bill fulminaba al chico rubio con la mirada, recién conocía a su pequeña y ya se la habían arrebatado de sus brazos.

-Papá, ya soy grande y tomo mis propias decisiones- lo retó Dominique al notar los pensamientos de su progenitor- si quisiera estar en casa lo estaría, nadie me a obligado a hacer nada.

-Excepto embarazarte- gruñó por lo bajo William, pero al ver que su hija se ponía triste y que las lágrimas amenazaban con salir se retractó- lo siento princesa, solo que me duele, recién te conozco y ya no te tengo.- se escuso bajando la cabeza, mientras Fleur veía todo eso, sin interrumpir.

-Yo siempre seré tu bebé, pa, que te quede bien en claro- le contesto Dom antes de abrazarlo. Pero no pudieron decir más, ya que el esposo de Nique interrumpió el momento con un carraspeo, que fue devuelto con una mirada fulminante de su pareja, que al darse cuenta de lo nervioso que se veía se compadeció de él y le sonrió, alentándolo a que se presentara de una vez.

-Hem..., si, bueno- balbuceaba, lo que enterneció a muchas ya que se veía muy tierno nervioso, y que Dom gruñera, era SU esposo. Tomando aire, y algo de coraje siguió, "me atreví a enfrentar a mi suegro por segunda vez, en un tiempo en el que ni siquiera me conoce, y no me atrevo a presentarme, eres patético Lyssander", se decía a sí mismo, por lo que volvió a tomar aire y siguió con más confianza- hola Hogwarts del pasado, mi nombre es Lyssander Christopher Scamander Lovegood- comentó haciendo que el gran comedor se quedara cayado por completo, quién iba a pensar que la lunática se iba a casar y tener hijos, pues Draco no.

-¿Quién está tan necesitado como para acortase con la lunática, y encima dejarla embarazada?- preguntó de manera burlesca, haciendo que Luna se enrojeciera y que se le nublara la vista por culpa de las lágrimas, mientras que Rolf se levantaba todo indignado con intenciones de defender a su amiga, al igual que Ginny, Neville, Harry, Hermione y Ron, pero todos se sorprendieron de que otra persona fuera la que callaría al rubio.

-¿Y quién estaría tan loca como para hacerlo con tigo?- gritó Astoria, toda roja por la furia, nadie trataba así a sus amigas, por más consentido del sapo esa fuera. Draco se quedó pasmado.

-¿Cómo te atreves a hablarme así mocosa?- preguntó desprecio y haciendo muecas de asco, ella lo fulminó con la mirada.

-Yo te hablo como a mí me plazca, Malfoy,- escupió el nombre con veneno- y te advierto, vuelves a tratar así a Luna y no respondo de mis actos. No tienes derecho a tratarla como la tratas, tú no eres mejor que ella, eso te lo puedo garantizar- amenazó dejando a Draco sin palabras, mientras unos encapuchados reían por la caras que hacía el Señor Malfoy. Le dolía hablarle así, después de todo lo quería y sabía que él también sentía algo por ella pero que no quería reconocer o todavía no lo sabía definir.

Luna agradecía a su amiga, sin olvidarse de lo que había dicho el chico. Ella, Luna Lovegood, se había casado con Rolf Scamander, su amor platónico, nunca se lo había visto venir, por lo que sonrió inconcientemente, y perdiéndose en su mundo de fantasías.

Rolf miraba a Luna, no podía estar más hermosa, con sus aros de rábanos y su collar de corchos de cerveza de mantequilla, pensaba, y decidido se acercó a la chica. Luna que estaba distraída no lo vio venir, pero si sintió como la levantaba de su asiento, la tomaba en brazos y luego la besaba con todo el amor que sentía por ella. Ella respondió de la misma manera, o que hizo que Rolf sonriera entre el beso, y que lo profundizara, pero no por mucho ya que Luna se separó sonriendo.

Un Viaje InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora