Capítulo 10: Si Sabes Como, Dímelo.

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Todo lo que quería era olvidar que alguna vez la conocí. Quería borrar esos pequeños sentimientos que habían surgido por ella, y a Young Bae no se le ocurre nada mejor que traerla en la empresa, para tener que verla día tras día sintiéndome más miserable ante su indiferencia. 

-De esto hablaremos más tarde-Susurré enfurecido-Necesito salir a tomar aire.

Desgraciadamente para poder salir tenía que pasar por su lado, me paré unos segundos a observarla, mientras sonreía a todos los que se le presentaban y felicitaban por su nuevo empleo. Debería estar prohibido ser tan bonita, y sobre todo debía ser delito tener una sonrisa como la suya. De pronto su mirada se encontró con la mía, agaché la cabeza en señal de saludo, y antes de cometer una locura, como besarla delante de toda la empresa; escapé de la oficina como alma que lleva el diablo.

Subí hasta la azotea del edificio, allí podría estar tranquilo por un buen rato. Ordenar mis pensamientos, que en ese mismo instante era un bulto caótico que en nada me ayudaba. Pero lejos de eso, solo podía dar vueltas y vueltas por el lugar, como un león enjaulado. ¿Como mierda iba a poder sacarla de mi cabeza, si estaba obligado a verla?

-¡Joder Young Bae, voy a matarte!-Grité exasperado.

 TAEYANG

Me quedé allí parado, observándolo marchar. Puede que ahora estuviese cabreado, pero se que cuando recapacite me lo agradecerá. Siempre es así. Su orgullo puede más que sus sentimientos muchas veces, y esta vez no fue distinto.

Por eso es que decidí inmiscuirme y llamar a la señora Kwon. Le pregunté como iba todo por la pensión, y me habló sobre Mara. No fue difícil, se notaba muchísimo que le había tomado un cariño especial. Cuando supe de sus estudios y que esperaba encontrar un trabajo mejor, no me lo pensé dos veces. Ese mismo día hablé con el Director Yang, sobre la idea de tener una traductora, que nos ayudara a perfeccionar los idiomas que ya conocíamos y además, enseñarnos alguno más; para poder comunicarnos debidamente con todas nuestras fans repartidas por el mundo.

Cuando me confesó que le gustaba, y sobre todo el como habían "terminado" me dieron ganas de golpearlo. Ninguna mujer merece que le digan palabras tan horribles como las que le dijo. Pero conocía a Ji, realmente no pensaba que ella fuera una cualquiera. Simplemente se había sentido herido por su claro rechazo, lo cual no justificaba nada. Ahora tendría la oportunidad de redimirse y más le valía aprovecharla. 

Estaba seguro de que esta era una buena chica, que lo ayudaría a sacar a esa bruja de Yoon, Eun Kyung de su sistema de una vez por todas. Nunca entedí que demonios le había visto, quiero decir, era bonita, muy bonita, pero fuera de eso; solo era un cascarón vació que desbordaba vanidad. 

Esperé pacientemente a que todos lo hubiesen saludado, para acercarme a ella. Nunca se me había dado extremadamente bien la interacción con las mujeres ¡Maldita timidez la mía!, y sería realmente vergonzoso tartamudear y balbucear frente a los demás. 

Cuando finalmente todos salieron, reuní el valor para ponerme a su lado. Ahora que la veía de cerca entendía porque le gustaba a Ji Yong, era realmente bonita, y tenía una sonrisa cálida y acogedora. Ahora más que nunca estaba convencido de que había hecho bien en traerla.

-Hola-Dije finalmente rascándome la nuca, avergonzado por haberme sonrojado-Soy Dong, Young Bae, pero puedes llamarme Taeyang, o Tae. Todos me dicen así.

Iba a inclinarme por costumbre, pero la ví tenderme la mano. Se me había olvidado el pequeño detalle de que la chica era occidental. Así que intentando no parecer más torpe aún, se la estreché por un breve momento.

-Encantada ¿Tae? ¿Puedo llamarte así?-Asentí con la cabeza-Muy bien. Como ya habrás escuchado, yo soy Mara. Espero que nos llevemos bien.

-Yo también lo espero-Sonreí, y me aclaré la garganta-¿Te... Te gustaría conocer el edificio? Yo te lo muestro encantado, quiero decir... Si... Si te apetece, claro.

Strange LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora