two

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N/A: Aún no he editado los capitulos así que me perdonan. 


El pelirosa saltaba alrededor del chico de cabellos azabaches el cual había llegado hace tan solo cinco minutos y ya quería irse.

— ¡Por favor, hyung! —El rosado dió saltitos y se colgó a los hombros del mayor.

—Ya te dije que no, Jimin... Ya tengo planes. —Jimin puchereo y se cruzó brazos frente a él observándolo molesto.

— ¿Qué planes?

—Dormir todo el día y luego ir a una fiesta en algún club de mala muerte. —Yoongi tomó su chaqueta junto a su bolso, luego abrió la puerta dispuesto a salir.

— ¿A donde vas? —cuestionó el pelirosa mirándolo molesto al ver que estaba a punto de irse.

—A mi casa, mi mamá envió un mensaje y dijo que no podrá venir. —Estuvo a punto de salir cuando el pelirosa lo jaló del brazo.

—Espera, tomaré mis cosas para irme contigo. —Yoongi rodó los ojos y asintió resignado cruzándose de brazos.

El pelirosa corrió por el lugar y se colocó su chaqueta, tomó su bolso y luego le indicó a Yoongi que podían salir.

El aire frío los golpeó e hizo que el menor temblara, Yoongi observó al pequeño y pasó su mano por sus hombros para atraerlo un poco más hacia a él.

—Apuesto que nos vemos cómo personajes de un drama. —Jimin rió bajito y Yoongi lo observó.

—No te ilusiones, solo lo hago para que no mueras de hipotermia, no soy tan desalmado.

—Hm, yo quiero creer que estamos en una cita y me estás llevando a mi casa. —Jimin se acurrucó más a Yoongi y este soltó una carcajada.

— ¿Quieres tener una cita conmigo, mocoso? —Yoongi lo miró divertido como si lo que estuviera diciendo fuera una total locura.

El corazón de Jimin se encogió debido a la felicidad, y aunque solo fuera una ilusión quería mantener el cálido sentimiento en su pecho, miró a Yoongi y este se extrañó un poco al ver aquel brillo en los ojos del menor.

Jimin no le agradaba del todo, pero a pesar de eso, no podía negar lo bonito que era, siempre le había llamado la atención entre todos los del grupo del baile, incluyendo las chicas, Jimin era delicado, dulce y tierno, tenía un cuerpo increíble y el rostro de un ángel, sin duda era todo eso que Yoongi no podría tener ni en un millón de años.

— ¿A ti no te gustaría, Yoonnie? —La voz del pelirosa sonó esperanzada.

—Hm, la verdad nunca he tenido una cita... —El pelinegro lo pensó unos segundos—. Pero, creo que si es contigo no sería tan incómodo.

Jimin chocó sus manos aplaudiendo emocionado y sonrió en grande haciendo que sus ojitos se cerraran. —Entonces tendremos una cita.

—Si, pero nada de cosas cursis. Iremos a tu casa y veremos películas de acción, o de terror, y comeremos hamburguesas y pollo frito con las manos. —Jimin rió y asintió en acuerdo con el mayor.

—Me parece una buena idea.

—Y si se me para la verga debido a algunas situación extraña, pues me la mamas y ya está. —Jimin abrió los ojos en señal de sorpresa, ahogándose con su propia saliva.

— ¡¿Como dijiste?! —Las mejillas de Jimin ardieron debido a la vergüenza y Yoongi rió.

—No te asustes, es broma. Yo mismo puedo pajearme allí mismo si se me para.

— ¡¿Enfrente de mi?!

—Claro, finge que no te gustaría. —Yoongi le dedicó una mirada coqueta y Jimin desvió la mirada con las mejillas a punto de explotar.

El pelinegro pico los costados de Jimin haciéndolo reír y este golpeó su brazo a modo de broma. — ¡Basta, Yoongi!

Ambos rieron y siguieron caminando juntos. —Cuando estoy contigo me pongo muy homosexual, Jimin. Eres una mala influencia.

—Es porque muestras tu verdadero ser. —Jimin puso sus brazos en su cabeza y dió algunos giros practicando un paso de ballet.

—Hm, probablemente. Me irritas tanto que paso a un nivel de alguna especie de tranquilidad. —Yoongi hizo una mueca a sí mismo.

—Probablemente estás enamorado de mi, y no lo sabes. —Jimin lo miró tratando de no reír pero estalló al ver la mirada horrorizada del mayor.

— ¡Como puedes decir eso! ¿Crees que tengo tan malos gustos? Eres muy feo. —Yoongi lo miró con una ceja alzada y Jimin no paraba de reír.

—Claro, ya quisieras ser dueño de semejante monumento. —Jimin se señaló a sí mismo.

—Monumento el que tienes allí atrás, bebé. —Yoongi alzó las cejas y amagó a darle una nalgada a Jimin.

— ¡Oye! —chilló el menor— ¡Eso no se hace!

Yoongi se carcajeó y Jimin no pudo evitar contagiarse. Ambos se rieron fuertemente hasta que se quedaron sin aire y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

—Ya. No te soporto —El pelinegro dejó de reír y camino serio—. Mañana a las seis estoy en tu casa.

El pelinegro habló serio y se alejó de Jimin. El rosado rió y miró al cielo, ahí estaba otro de los ataques de bipolaridad del mayor, sin duda necesitaba ayuda psicológica. Y si él quería, estudiaría psicología solo para atenderlo a él.


Ramé. | Yoonmin (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora