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LECCIÓN.

—¡A ver! ¡Defiéndete, maricón! ¿No que muy hombre? —dijo aquel tipo empujando a Hoseok, mientras sus compañeros reían—. ¿Piensas que porque estás ciego no romperé tu linda cara?

Hoseok se estampó contra el suelo, cayendo de rodillas, sintiendo su garganta doler debido al nudo que se había formado en ella y buscando a tientas sus cosas. Oía murmullos a su alrededor pero ya no sabía si de verdad había gente mirándolos o si sólo lo estaba imaginando.

Fuera como fuera, nadie lo ayudó.

Sólo aquella voz aguda que gritaba algunos "Nam" y "Déjalo", pero aquel chico no paró.

Hoseok sintió una patada en sus costillas y se hizo un ovillo, escuchando risas burlonas y sintiendo los ojos arder.

—Hey, Joon, ¿qué le haces al niño? —escuchó una voz profunda y masculina en medio de toda la oscuridad.

Era YoonGi. Min YoonGi.

Podía reconocer fácilmente la voz del chico que siempre sacaba dieces, participaba en todas las clases y de quien siempre oía hablar a lo lejos.

Se murmuraba que YoonGi era el chico más apuesto e inteligente del colegio, el ejemplo a seguir de los chicos y el sueño de las chicas. Aunque tampoco es que Hoseok pudiera confirmarlo.

Lo que sí podía asegurar es que tenía una hermosa voz y olía a chicle de menta.

—Enseñándole una lección —rió Namjoon como respuesta—. ¿Te unes?

Echó la pierna hacia atrás, dispuesto a encestar otra patada cuando YoonGi lo detuvo.

—Déjalo —Hoseok, y el resto de la escuela, quedaron estupefactos ante aquella simple palabra.

—¿Qué?

—Que lo dejes —repitió YoonGi, duramente.

—¿Por qué? ¿Te gusta el ciego, acaso? —se burló Namjoon, mientras una nueva ola de murmullos se hacía presente.

Hoseok sintió que se sonrojaba.

—¿Acaso es tu puto problema, Joon? Deja de jugar conmigo. Sabes bien que si abro mi bonita boca estás acabado —gruñó—. Pídele disculpas.

Namjoon tensó la mandíbula, bajando la mirada. Podría ser un idiota, pero no era tonto, si YoonGi le decía a su padre que lo estaba fastidiando, el señor Min rompería cualquier tipo de trato o vínculo con la familia y la empresa Kim. Y ni a Nam ni a si familia les convenía aquello.

—Perdón —murmuró.

—¿Qué? —preguntó YoonGi—. Dilo más alto, creo que él no te escuchó.

—Lo siento, perdóname, Hoseok.

—¿Lo perdonas? —le preguntó YoonGi a Hoseok. Este último se quedó perplejo, pero luego de unos segundos –cuando captó que Min se dirigía a él– asintió rápidamente.

—A partir de hoy, quien toque a este mocoso, está muerto —dijo YoonGi, levantando a Hoseok del suelo y recogiendo sus libros—. ¿Qué mierdas miran? Lárguense.

Hoseok sólo pudo escuchar los pasos acelerados de las personas y supuso que todos se habían ido.

Brincó un poco cuando una fría mano se posó en su antebrazo, luego sintió algo topar repetidas veces contra su estómago y lo tomó. Eran sus libros. YoonGi se los tendía.

—Gracias —susurró Hoseok, obteniendo de respuesta una sonrisa cálida por parte de YoonGi.

Aunque bueno, no pudo verla.

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AVEUGLE ( 솝 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora