Desconocidos - Capítulo 3

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Jamie empezó a desperezarse con el sol.

No podía abrir los ojos. Ya podía ver como estarían de hinchados.

Cuándo volvió a ver, no había señal de William por ningún lado. Parecía que jamás hubiera estado ahí. El lugar dónde la había sostenido la noche anterior estaba tendido y no tenía arruga.

Una sensación extraña se apoderó de su pecho, no sabía si era nostalgia o tristeza pura. Se sentía como otra persona y no sabía por qué.

La noche anterior se había olvidado de todo en los brazos de William. Era raro, una emoción desconocida. Había muchas cosas mal en su vida en ese momento, pero no él.

Buscó en el cuarto de baño para pider cambiarse de ropa. Se sentía totalmente bien.

Pensó con preocupación que nunca había ido a un chequeo con el ginecólogo, nunca había visto a su bebé.

Muchas embarazadas cayeron en la cuenta de su situación al verlo por primera vez, pero ella no lo había necesitado. Ella nunca lo había visto.

Su bebé había sido algo grande para ella. Aunque Julian le dio una paliza al enterarse. Sintió náuseas al recordar.
Se tranquilizó al saber que estaba a salvo. Tal vez no por mucho tiempo, pero trató de no adelantar lo que podría pasar.

Bajó con cuidado por las enormes escaleras y llegó a medio vestíbulo sin saber que hacer o a dónde ir. Caminó hasta el jardín sintiéndose una intrusa.

Ese no era su lugar. Se sentía intimidada por la inmensidad de las circunstancias. Nunca se imaginó ser salvada de esa manera.

Podría decir que la sacaron de su zona de confort, pero ella jamás había tenido una. Pesándolo mejor, esa era su zona confortable. Muy lejos de Julian.

Alejó los pensamientos. Parecía que las consecuencias de sus actos llegaron a ella mucho tiempo después y más recargadas que antes.

-¿Estás bien? Pareces ida. - William llegó justo en el momento indicado. Como siempre. Sonrió de manera inconsciente.

-Estoy bien.

Se regañó mentalmente por lo cortante de su tono y pensó en algo bueno y considerado para decir.

-¿Cómo dormiste?- dijo William, sonriendo. Parecía no haberse dado cuenta de lo mal que sonó en su escueta contestación.

-¡Oh, muy bien! Lamento haberte despertado. No volverá a susceder...

Ella lo miró con culpa.

-No debes disculparte. Supongo que será difícil al principio.- Ella se sintió liviana.

-No, yo... Después de vivir con... Julian, todo es mejor. Me refiero a que... Toda oportunidad de salir de ahí se disfruta, ¿me entiendes?

Él asintió desviando la mirada. Jamie se preguntó si había hablado de más.

-Estaba esperándote, querido.

Una voz cantarina y refinada se escuchó de algún lugar. Jamie volteó, y enseguida se sintió intimidada. Una señora elegante caminaba con altivez hacia ellos.

La repasó de pues a cabeza. Ella se movió incómoda.

-¿Es alguien importante, Willi?

Su comentario logró preocupar a la vulnerable Jamie.

-Ella es Jamie, madre- contestó él de forma imponente, ignorando su pregunta anterior. Jamie no se sorprendió al escucharlo decirle de esa forma, el parecido era impresionante. William volteó a verla y Jamie leyó la disculpa en su mirada.- Jamie, ella es Elena, mi madre.

¡No eres mi tipo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora