Red Riding Hood

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-Así que volvemos a esto, desde ahora llegarás tarde? –estaba molesto, no me importaba nada de lo que sintiera, solo quiero averiguar quien asesina a los híbridos.

-Que te importa –dejé la canasta a un lado y la capa la colgué, me iba a ir al cuarto cuando tomó mi brazo con fuerza.

-Te amo –lo miré con odio.

-Crees que esto es amor? Yo te odio –alzó la mano y me dio una bofetada.
Molesta le contesté pateando su estómago.

-Tienes que amarme!! –se alteró demasiado y no podía reaccionar a los golpes que venían a mi cara. Sentí como la sangre salía de mi rostro ya sin esfuerzo dejé que me golpeara, de pronto vi un plato de vidrio y se lo estrelle en la cabeza.

-S-sabes q-que –me apoye como pude en una pared, apenas podía verlo ya que la iluminación no era tan buena.  toqué mi pómulo y este estaba sangrando. –Yo jamás te amaré.

-LO HARÁS ME AMARÁS SIEMPRE LO HACES –vino rápidamente y me tomó del cuello desabrochando mi camisa –Me amarás ya verás.

-SUELTAME!!! –solo lo único que pude gritar, con mi mano apreté la de él clavando mis uñas en su estúpida extremidad.

-AHHHH –gritó y luego me dio otra bofetada, me cogió del brazo y me pegó contra la pared pero esta vez trataba de besarme.

-TE ODIO!! –lo paté en sus bolas y se volvió a mí solo para darme golpe tras golpe.

-Hey imbécil! –alguien dijo lanzando al cazador lejos con un hechizo. De repente pude ver que mi abuela estaba parada en la puerta con el pequeño.

-No molestes a caperucita!!!! GRRRRRRR!!! –el pequeño le gruñó y traté de reír pero todo me dolía.

El cazador se levantó y vino a mí pero abuela lo apuntó con su varita

-Hazle algo y te largas a volar –apretó los dientes molesta, el cazador dijo que se rendía. Pero su mirada me decía otra cosa.

-Te amo –me besó y sentí como un pedazo de vidrio se enterraba en mi abdomen.

-Te lo dije idiota –Mi abuela sacudió su varita y lo mandó lejos, pero sabia que iba a volver, siempre lo hace.

-Caperucita? –el pequeño vio la manera en como enterraron el vidrio en mi abdomen, lo miré con una sonrisa pero el derramó un par de lágrimas.

-CAPERUCITA NO!!! –saqué el vidrio de mi abdomen y me desmayé...