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Ya había fallado en matar a la chica lobo, ella merece morir igual que la estupida raza de híbridos.

Lancé mi taza enojado. Obviamente le mentí a Caperucita ella no puede saber porque asesino a los imbeciles esos...

Mi abuelo siempre me dijo que un híbrido le había quitado la mujer que ama dicía que todos eran solamente animales sin emociones, y le creo. No dejaría que alguien como la estupida lobo me quitara a mi chica.

Me alegro que Caperucita este sufriendo por culpa de ella, ahora la chica de la capa roja no tendrá más opción que amarme como yo lo hago.

En algún momento ella sabrá que le mentí o vendrá llorando, ¿y saben qué? Le daré la golpiza que se merece.

Se formó una sonrisa en mis labios imaginandome a Caperucita llena de sangre y golpeada por mí. Ella solo es mía y ahora no la dejaría ir tan fácil...

Hace unos años

-¡SUELTAME! -dije pisando el pie de mi padre, tomé mi perrito y bajamos las escaleras rápidamente, tenía que salir de ahí. No quería ser tocada, no volvería a dejarme.

-No sabes lo que dices princesa ven con papá. -me jaló de la cintura y mi perrito mordió su brazo.

-Bien hecho hermoso -le susurré y aproveché para salir corriendo pero esta vez me jaló las piernas y caí al suelo.

-Te haré mía y te encantará -se acercó a mí pero de pronto su pecho empezó a sangrar y cayó al suelo.

-¿Caperucita? -un señor se acercó a mí sonriendo. -Todo estará bien te lo prometo, estas a salvo -sonreí alegre y lo abracé fuerte.

-¿Usted no es mi vecino? -soltó una carcajada y asintió.

-Vine a salvarte pero necesito que hagas algo a cambio. -me alejé y mi perrito gruñó. -No es nada conmigo, tranquila. No dejaré que te toquen. -asentí un poco más calmada y acaricié a Kerbside para tranquilizarlo... -Ves al pequeño de ahí -señaló a un chico bastante lindo jugando con un gatito. -Él es mi nieto y quisiera que por favor te hicieras su amiga y jamás dejes su lado... Por favor... -sonrió triste y le sonreí.

-No se preocupe yo cuidaré de él. -me cargó y me hizo cosquillas y reí.

-Te molesta si te crió como... mi hija? -sus ojos se aguaron. Acaricié su cabello.

-Puede criarme como su hija -sonreí timida y me bajó con cuidado. Me acerqué al chico lentamente...

-H-hola soy C-caperucita roja -sonrió tímido y me sonrojé un poco.

-Y-yo soy el cazador -extendió su mano y la estreché. Creo que seremos buenos amigos.

Red Riding Hood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora