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P.O.V Abuela

Caperucita.... Mi bebé ya estaba grande no? Limpiaba mis lágrimas observando su cuerpo dormir ella siempre fue tan terca pero no se rendiria lo se. Tomé su mano apretandola un poco, es doloroso verla en este estado, casi... Muerta no permitiría que esto fuera como la vez que estaba con su padre, ese monstruo... Yo debí salvarla y esto jamás hubiera pasado, sabia que ella estaba atada pero solo quiero por una vez hacer algo bueno por ella... Abuela como me decia ella, Sonreí al recordar el momento cuando la vi por primera vez...

-A-abuela, ella estará bien? —acaricie los rulos del pequeño sonriendo y asentí.

-Ella es fuerte lo se, solo estará dormida por un tiempo —lo cargué para que acariciara la mano de Caperucita.

-Ay que decirle a su novia —reí por lo que dijo el pequeño.

-Ay cariño ella no es su novia —hizo un puchero.

-Pero si se ven lindas juntas, yo digo que mamá y ella deberían estar juntas —mamá.... Tragué fuerte al escuchar esa palabra, mi respiración empezó a agitarse.... Es una historia bastante turbia, Dios como no olvidarlo.... Traté de no llorar enfrente de él.

-Tienes razón, quieres decirle a la chica lobo donde estamos? —asintió muy emocionado.

-Ella puede venir? Para ver a mamá.... —empezó a jugar con su suéter, asentí y cargué al pequeño en mis brazos. Pero antes selle con mi varita el cuarto donde se encontraba mi pequeña.

Ambos veníamos hablando sobre las cosas que veíamos en el camino, la gente nos saludaba emocionados y nosotros a ellos, antes de que Caperucita y El Cazador se encargarán de los monstruos el "negocio" por decirlo así lo manejaba yo, ah que buenos tiempos.

-Abuela que era lo que más te gustaba cazar? —Siempre me preguntaba sobre cosas que me gustaban y que aun lo hacen.

-Los vampiros... Pero los demonios siempre eran más difíciles.... Los vampiros, si ellos... Eran bastante juguetones en la noche.

-Crees que mamá cazé ese tipo de bestias?

-Oh claro que lo hace, incluso creo que es mejor que yo —le Sonreí ampliamente y finalmente habíamos entrado al bosque el pequeño quizo bajarse y con cuidado fuimos caminando en busca de la chica lobo.

Y de repente la vimos sentada en el piso con una fotografía en la mano sus orejas se pusieron atentas y sus lágrimas resaltaban un poco.

-Como esta? —limpió su rostro con su camiseta, tenía el cabello alborotado y se veía bastante desecha.

-La apuñaló casi matandola... —mis palabras salieron casi como un susurro.

-Quiero verla —tomé su mano y en un dos por tres habíamos llegado a mi hogar. La chica lobo se mareo un poco y luego vio a Caperucita dormida sonrió y varias lágrimas se hicieron resaltar en su rostro.

-Abuela dice que estará bien —el pequeño se puso a lado de ella y esta lo cargó dándole pequeños besos en la mejilla. —Jajajajajaja suelta

-Eres casi idéntico a ella. —asintió juguetón y ambos se veian muy adorables.

-Puedes acercarte si quieres —bajó al pequeño y con pasos lentos se acerco a Caperucita. Tomó su mano y entrelazó sus dedos.

-Te extraño... —susurró casi en un sollozo... La sentí tensa apretó su puño igual que su mandíbula. —Donde esta él —me miró y sus ojos oscuros cambiaron por unos azules salvajes.

-Tienes que relajarte no podemos hacer nada —se acercó violentamente y pareciera que fuera a explotar de ira.

-Lo que deberíamos hacer es matar al imbécil, ella no se lo merece —una lágrima cargada de emociones profundas cayó al suelo por parte del pequeño llamando nuestra esta atención.

-E-esta aquí —dijimos a la vez...

Red Riding Hood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora