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Caperucita

Me sentía muy cansada, solo recordaba ciertas cosas como las partes del cazador golpeandome. Traté de defenderme pero amanezó con matar a lobito si no me dejaba  ser golpeada así que acepté. Iba a violarme pero sorprendida ella vinó a rescatarme.

Quedé inconsiente por unos minutos pero luego pude recuperarme y le dije a lobito que parara... no es el momento de matarlo...

-Auch... -dije abriendo los ojos al sentir cierto dolor en mi abdomen. Lobito me abrazó fuerte y sonreí. -Estabas preocupada -reí y juntó nuestras frentes.

-No tienes idea boba -sonreí y junto nuestros labios, se sentía bien probarlos... el beso se sentía igual como la primera vez, como si apenas estuvieramos conociendonos.

-Gracias por eso -me separé aunque lo odiará. Noté que traía una camisa nueva y limpia, igual que la falda y mi capa estaba lavada... aunque... que carajo hacía en una cueva. -Donde estamos? -pregunté rascando mi cabeza.

-En mi hogar -la miré extraña y soltó una carcajada. -Tienes una cara muy linda, amor -acarició mi rostro... ¡demonios mis heridas habían desaparecido!

-Como es que.... fue mi abuela? -Asintió y cambio su expresión a una más seria. Era de noche y la vista era bastante hermosa... cuanto tiempo dormí? Quizás fueron solo horas.

-Si, ella te curó mientras yo arreglaba unos asuntos... -tomó mi mano y mi corazón se aceleró. -Te acuerdas de la chica con la que me viste -asentí lentamente... no me gustaba por donde iba esto. -Bueno... hablé con ella y le dije que ya había sido hipnotizada por una chica con una capa roja -sonrió y me sonroje demasiado. -La conoces? Es demasiado preciosa, tonta pero astuta, adorable y terca. Esa es mi chica -me sorprendí y juntó nuestros labios... -Te quiero más que a cualquiera -dijo ampliando su sonrisa.

-Callate me harás sonrojar -la empujé y me fui levantando pero luego me cargó y me pegó a la "pared" si se podría decir así.

-Quiero hacerte otra cosa -estallé completamente sonrojada y tomó mis labios en un beso apasionado, Dios se sentía tan bien estar con ella, me fue quitando la capa y dejandola a un lado.

-¿Por qué me encantas? -sonreí en sus labios y los mordí, su respiración se convertía en una lenta, jalé sus labios y ella puso su rodilla entre mis piernas y presionó en mi intimidad... suspiré cerrando mis ojos.

-Caperucita -sonrió volviendo a besar mis labios, fue bajando sus besos hasta mi cuello mientras que sus manos fueron desabrochando los botones de mi camisa. Mordí mi cuello, pase mis uñas lentamente por su espalda. Beso mi cuello para luego morderlo y lamerlo, no pude contener y gemí en voz baja. -¿Punto débil? -sentí como sonreía burlona y empezó a frotar su rodilla en mi entrepierna haciendo que gimiera constantemente. Empecé a quitarle su suéter, luego de que lo hiciera lo tiré por ahí y reímos ante mi acción. -Desesperada eh? -gruñí molesta, rió y volvimos a besarnos, quitó mi camisa y fue bajando sus besos hasta mi pecho... la miré algo atenta porque me recordaba a ciertas cosas... -Quieres que paré? -se sentó en el piso y yo en su regazo...

-Normalmente a mi padre le gustaba esa área... -dije algo apenada y lo captó de inmediato. -Quiero hacerlo, tengo confianza en ti... solo no dures mucho ahí... -cogió mi rostro entre sus manos...

-Mirame cuando te sientas insegura y buscaré tus labios para calmarte -rocé nuestros labios y era como un paraíso estar con ella... fue quitando mi sostén lentamente y fui bajando mis besos hasta su cuello...

Red Riding Hood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora