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Pasado

Ella parecía una persona agradable, mi abuela... Wow jamás habia tenido una, debe ser increíble. Llegué a la casa sonriente, bueno si se podria decir así.

-hey pequeño -mi perrito corrió a mí y empezó a lamerme la cara, era divertido, a veces pienso que es el único que me entiende en este horrible lugar.

Lo cargué y subimos a mi cuarto, lo puse en mi cama y cerré la puerta con llave, me quité mi capa y la colgué en el perchero.

-Ya llegó? -Kerbside negó con su cabecita, si así llamé a mi perrito. Tenia miedo que viniera así que para calmar mi temor empecé a dibujar, últimamente dibujaba una chica y un lobo, me pregunto quienes eran y porque siempre venían a mi cabeza, era muy pequeña para estar teniendo esto en la cabeza, pero algo en mi sentía que iba a ser importante, la chica era muy hermosa tenía una capa idéntica a la mía y el lobo era grande, estaban en un bosque viéndose a los ojos.

Me sentía muy curiosa, siempre he tenido curiosidad, sobre todo pero supongo que la curiosidad mató al gato.

Un portazo se escuchó y mi corazón empezó a latir rápidamente mi perrito estaba listo para atacar pero lo traté de calmar, no quiero que el le haga lo mismo de la otra vez.

-Caperucita, ya llegaste? -su tono de voz tan grueso y siniestro, enserio lo detesto. Quería escapar pero no conocía a nadie y nadie me ayudaría... -Hija por favor ven a saludar a tu padre -fue subiendo las escaleras y sentía que iba a morir, no quería volver a pasar por esto, una lágrima se fue resbalando de mi rostro. Sentí que estaba al frente de mi habitación, había sacado sus llaves y abrió lentamente la habitación. -hola querida -me sonrió acercándose traté de huir pero me agarró fuertemente y me puso en la cama. -Que creías que ibas a hacer? Aún tenemos que hablar y hacerte gritar claro -susurró en mi oído y empecé a llorar. Comenzó a bajar mi falda lentamente y a acariciar de abajo hacia arriba. -Hoy fuiste buena chica pero igual quiero castigarte. -sentí su mano tocando mi rostro y limpió una de mis lágrimas.

-SUELTAME!!! -grité pero él ya no pararía...

Red Riding Hood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora