No apagues la luz JOERICK

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Las personas solemos mentir todos los días y aunque muchas mentiras son pequeñas, sin mucha importancia siguen siendo mentiras, también existen las mentiras que pueden poner en duda miles de verdades y justo son esas las que empiezan siendo pequeñas.

— sí señorita daysi, Erick se portó muy bien, es un exelente niño

— lo sé, señor marcelo es un excelente hijo, entonces, ¿se durmió temprano?

— ¡Pero claro que sí!

Aún seguía acurrucado en mi cama, todo era mentira, dormí muy noche por culpa de ese señor, siempre que venía a cuidarme dormía noche, y él le mentía a mamá, siempre lo hacía.

No puse atención más a la platica hasta que escuché el sonido de la puerta ser cerrada y lo tacones de mamá sonar por toda la casa y cerré mis ojos para actuar que estaba dormido, aún era muy temprano y mamá me regañaría si se enterara que si acaso había dormido tres horas solamente, escuché la puerta de mi habitación ser abierta y un minuto después ser cerrada, suspiré, tenía que dormir, dentro de tres horas empezaban las clases.

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— entonces,¿cómo dije que de llamaba el número que esta arriba de la casita? — preguntó la maestra y varios de mis compañeros de esta materia levantaron la mano, seguí haciendo garabatos en mi cuaderno, todo eso ya lo sabía

—usted, joven Colón, responda usted

Miré hacia su dirección y la vi muy sería, seguramente estaría ofendida por estar ignorando su clase

— cociente, maestra, me parece tonto que diga "casita" se supone que es una división, no estamos en kinder, no somos tan tontos

Ella pareció ofenderse aún más y hubo un silencio perturbador en el salón, ella era la maestrías divertida en toda la escuela, nadie nunca le había dicho algo similar

-ve a tutoria por favor Erick - al fin dijo

Suspire y tomé mis cosas y salí del salón sin decir una sola palabra, era tonto,  las personas se ofenden cuando les dice alguien sus verdades.