13 - M

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Y aquí estaba yo… viviendo mi más temida pesadilla…

Una cabaña aislada en lo profundo del bosque.

Por qué a mí???

-Piensas quedarte allí toda la noche? – miré con el ceño fruncido a Hakyeon quien me observaba con las manos en la cintura desde la entrada de la cabaña – no me malinterpretes, me harías un favor, pero… - hizo un puchero y no pude evitar sonreír a pesar de que sus palabras no eran precisamente agradables – no quiero cargar en mi conciencia con tu muerte por hipotermia – sus ojos se entrecerraron mientras el gesto tierno de sus labios se acentuaba y un estremeciemiento de desagrado recorría su cuerpo al pensar en la idea.
Era posible que me resultara tierno incluso cuando estaba hablando de mi muerte?

Sacudí la cabeza y decidí entrar a la cabaña, tomando de la mano a Hakyeon para hacerlo entrar también.

Decididamente este campo estaba haciéndome daño… yo estaba comportándome diferente… y también… me sentía diferente.

Llevaba, desde que un Hakyeon pícaro me había dejado a solas en la habitación cuestionándome el si ahora me gustaban los hombres… porque, tenía que admitirme, aunque fuera a mi mismo, que mis pensamientos y mis acciones hacia mi secretario eran extrañas… aunque bueno siempre lo han sido… pero ahora… que me encontrara admirando su cuerpo y sus movimientos atentamente, que empezaba a reconocer cada gesto y cada mueca de su rostro, que me encontraba pensando que la única parte buena de estar encerrado en una cabaña escondida en el bosque era que él estaba a mi lado… todo estaba siendo extremadamente raro para mi.

-Qué? Te-tengo algo en el rostro? – comenzó a limpiarse su mancha imaginaria y suspiré frustrado… porque hasta eso me resultaba tierno… y rápidamente sexy cuando pasó la lengua por sus labios para humedecerlos de forma inconsciente, haciendo que mi estómago se contrajera y me pusiera nervioso.

-Solo miraba lo increíblemente torpe que puedes ser… - él frunció el ceño mientras yo decidía atacar, era mucho más fácil y más natural verlo enojado, que verlo comportarse tiernamente torpe y nervioso a mi alrededor. – lo haces a propósito no? Para que yo sea el que cocine? – entrecerró los ojos confundido y le sonreí ladino – solo tenías que decirlo, siéntate Hakyeon que el gran Jung Leo preparará la comida para ambos – él bufó rodando los ojos pero de todas formas se marchó. Sentí el sonido de la televisión y respiré aliviado al saber que ya estaba a más de 2 metros de distancia.

Comencé a dedicarme a la comida, si hay algo que disfruto es cocinar… y una parte de mi quería impresionar a Hakyeon con la cena…

Por qué quería hacer eso? No lo sé. Solo… todo esto estaba resultando ser nuevo para mi. Siempre era yo el perseguido, al que querían impresionar, al que le llovían las declaraciones de amor y el que tenía que rechazar y deshacerse de sus conquistas, aunque de la última se encargó Hakyeon… una sonrisa se posó en mi boca al recordar su cara cuando lo hice ir a ver a  Seolhyun, creo que mi secretario le había tomado más cariño que yo a la chica, y si no supiera que es gay hubiera podido sentir celos.
Si, porque… como una chica que conoció por menos de un mes lo hacía sonreír y defenderla, cuando a mí, que llevábamos alrededor de un año trabajando juntos, solo me dedicaba sonrisas fingidas?? Aunque bueno, no puedo decir que no me lo gané no?

Ni siquiera sabía porque pensaba en todo esto, no es como si Hakyeon y yo fuéramos a tener una relación real más allá del compromiso ficticio.

“ Yo nunca mezclo el placer con los negocios”.

Las palabras de mi secretario continuaban dando vueltas en mi cabeza y golpeando mi ego.
Por qué sentía tantas ganas de hacerlo olvidar sus palabras? De hacerlo verme como algo más que un negocio?
Todo esto era por mi líbido? Era lujuria lo que sentía por Hakyeon?

I hate you BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora