10. Especial Junhao pa la pipol (PARTE 1)

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Minghao:

Puta oh, ya, por la insistencia del Hansol y del Seungkwan, me va a tocar narrar a mi la weá, más encima es mi aniversario con el Jun, así que quiero advertir desde ya que si la narrativa está como las weas ya saben porqué es.

Sin más dilatación anal, terminemos rápido con esta weá.

El Jun y yo nos conocemos desde chicos, a mi me parecía bonito pero inalcanzable así que lo dejaba pasar. Yo a él le gustaba y no me daba cuenta hasta que un día me avisaron que tenía que subir matemáticas y como el weón del Hansol es entero malo para esa weá, me tocó pedirle ayuda al más mateo del curso, o sea, al Jun. Fui a buscarlo a su academia de baile (si, me mandé el pique hasta Las Condes), lo escuché hablando con el Seungkwan, descubrí que le gustaba y un mes después nos hicimos pololos. Fin.

...

-AH, CONCHETUMARE - exclamé fino después del medio wate que me mandó el Hansol - Ya conté la weá, ¿qué más querí?

- No seai penca po Minghao. - me dijo con una cara de poto - Cuenta la weá como se debe, si no te vai a morir por contarla bien.

- Puta, es por esto que la weá es Verkwan y no Junhao po weón -le dije.

- ¿De qué estai hablando?

- ...

- ...

- No sé, man - le dije sincero para luego resoplar. - Ya, ya, no me mates, si voy a contarlo bien oh

- Más te vale, weón - me dijo el Hansol.

.....
Y volvemos a la transmisión normal.
.....

Ya, ahora sí.

Conocí al Jun por primera vez cuando teníamos 6 años aprox. Ahh ctm, fue un día que nunca se me va a olvidar... y claro, ¿a qué niño se le olvidaría ver llegar a otro niño chino en un tremendo auto que debía valer más que mi casa y la del Hansol juntas, acompañado de su chófer y sus papás, que eran unos señores que intimidaban más que la cresta? Con una mamá impecable y elegante, dando la típica impresión de señora rica, junto a un caballero fornido que más que empresario, parecía personal training de un gimnasio.

Me da mucha risa pensar que, en esos tiempos, el Jun vivía en la Dehesa, pero según sus papás, se tuvieron que cambiar a un barrio "más económico" porque quedaba más cerca del colegio. Nunca entendí la lógica de eso, puesto que aún así el Jun y sus papás tenían chóferes personales, pero pico. Mejor les cuento como era el Jun cuando chico.

El Jun cuando chico era...piola, siempre ha sido igual, dando un aura de niño rico, elegante, bien portado, educado, pero muy frágil, estuvo bajo peso muchos años y tenía unas defensas muy bajas, por lo que quedó eximido de educación física hasta quinto básico, además de que se enfermaba casi siempre. Por eso, todos los años se rumoreaba que sus papás lo iban a sacar del colegio y educarlo en su casa, pero nunca pasó, lo que me desconcertó bastante. La verdad es que habían muchas cosas que me desconcertaron del Jun en el pasado. Para empezar, yo siendo un niño de clase media alta normal que nunca había andando por barrios cuicos ni topandose con gente cuica, conociendo a un niño que parecía un enfermizo e indefenso príncipe, fue algo bastante desconcertante. Nuestro colegio era normal, particular subvencionado en Providencia, un buen colegio pero no el mejor, ni de lejos. Entonces me preguntaba, ¿qué hacía alguien tan rico en un colegio normal? Además de que yo me esperaba a un total presumido y no era así para nada.

Pero bueno, tampoco me tomé el tiempo necesario para comprenderlo, en ese entonces sólo era un niño y teniendo que cuidar del Hansol, quien era principal objeto de burlas, tampoco era como que me interesara mucho entender al Jun.

Sin embargo, eso fue cambiando a medida que crecimos, ya que cuando el Hansol y yo llegamos a sexto básico, ambos empezamos a darnos cuenta de nuestra sexualidad, creyendo casi que estábamos enamorados el uno del otro, pero vaya que no fue así ¡Ni de cerca!

El Hansol y yo éramos mejores amigos y ya, meramente fraternal pues no nos atraíamos para nada, cuando lo discutimos y pensamos en tener que besarnos, a ambos nos dio un absoluto asco. Y eso puede que haya sido el inicio de todo, ya que se me pasó por la cabeza que besar al Jun podría haber sido más interesante, pero como siempre, deseché la idea por los prejuicios que tenía sobre él.

Finalmente, todo se desencadenó gracias a una persona, llegó en séptimo básico. Era un coreanito cachetón, el Seungkwan, que vino a darle vuelta el mundo a mi bro, dejando a mi amigo más weón de lo que estaba y muy enamorado. Y si, puede que para cualquiera habría sonado pendejo que un niño de su edad dijera que estaba enamorado, pero viendo como avanzan los años y ver a esos dos quererse cada día más, me hacía pensar que tal vez no era algo pendejo o exagerado. Aunque el Seungkwan no sólo dio vuelta el mundo del Hansol, sino el de todo el curso, de pronto ya nadie webeaba a mi bro y así como que de la nada todos empezaron a llevarse bien, de verdad que no mentimos al decir que el Seungkwan es como una fuente de energía positiva, incluso incluyó al Jun al curso, cosa que nunca había pasado porque nadie se sentía con la confianza de ser nada más que amable con él, ni siquiera el weón del Jaime lo webiaba.

Puta creo que me fui un poco mucho por las ramas (quiero poner un xd y no puedo aaaaaa), voy a volver al punto en el que hablo de cómo el Jun y yo nos hicimos pololos. Y eso nos lleva al apogeo del segundo semestre de octavo básico, ya estaban la mitad de las notas puestas, cerrando así el año poco a poco. Mi profe jefe me dijo que me había ido como las pelotas en matemáticas y que si no subía las notas, no iba a poder seguir en el taller de artes marciales del colegio, así que sugirió que me buscara una especie de tutor o más específico, que le pidiera ayuda al Jun, que era al que mejor le iba en matemáticas del curso.

Me acuerdo que ese año, el Jun y yo nos habíamos echo ligeramente más cercanos, por lo que sabía dónde encontrarlo. Aunque a mi me seguía intimidando mucho su presencia de niño rico y al mismo tiempo, él actuaba muy raro a mi alrededor, al punto de ir caminando al lado mío, chocar con un poste y pedirle perdón (no, no con el Mingyu, con un poste real) y en volá creía que era su personalidad pero varias veces pude notar que actuaba diferente con el Hansol o el Seungkwan. Eso desencadenó que por un tiempo me llegara a preguntar si acaso yo era muy flaite o muy "choro" para él y que tal vez le desagradaba o espantaba por picante, no puedo negar que me sentí mal al imaginarlo, pero igual la idea no me duró mucho gracias al medio wate que me mandó el Hansol, diciéndome que era imposible que el Jun me odiara y luego me gritó: "YO DEBERÍA SER EL AWEONAO AQUÍ, NO TU"

¡EN FIN! (Ah, conchetumare no sé narrar aaaaa), que ese día con el Hansol nos fuimos hasta Las Condes, porque el Jun aparentemente iba a una academia de baile ahí. La weá era súper cuática, hermano. Tenía las medias teles transmitiendo presentaciones en el extranjero, vitrinas con trofeos y algunas fotos, todo eso en la pura entrada, ya luego pasabas por un pasillo con más trofeos en una pared y unas puertas corredizas en la otra. El Jun y el Seungkwan estaban sentados en el suelo con uno con una botella de agua en la mano y el otro echándose viento con un mini ventilador y mientras que el Hansol estuvo a punto de entrar a besuquear a su pololo todo sopeado, yo escuché mi nombre en la conversación de esos dos y tuve que agarrar a mi bro para que no se moviera.

El Hansol y yo nos miramos con los ojos tan abiertos, que tuve miedo de dejar de ser chino.

Oh Dios mío, Crisa Jesusa, de todos los temas de conversación que podían tener esos dos, lo más impactante para mi fuera que el tema principal era yo.

a vo te pagan por aweonao 🍃 verkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora