4. Because i'm aweonao

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Me acuerdo el primer día de clases empezando séptimo básico como si hubiese sido ayer.

Había llegado yo, un weoncito de 12 años, con una cara de aweonao que llevo desde guagua con la raja apretá casi escondido detrás del Minghao que aunque era un escuincle flacuchento, era más alto y grande que yo, por lo que alcanzaba a pasar piola si caminaba detracito suyo, y aún así habían algunos weones que aprovechaban que el Minghao no veían y me tiraban de la mochila mientras pasaban corriendo.

Ah los conchesumadre.

Revisé la lista de mi nuevo curso. Los mismos weones de siempre, pa mi mala cuea, al menos estaba con el Minghao. Aunque me llamó la atención un nombre que nunca antes había visto, era un coreano, igual que yo. Bueno, igual que yo a medias jsjs.

— Apúrate weon, sino el Jaime y su tribu de putas se van a agarrar los puestos de atrás.

— Si, ya voy. —y dicho esto, los dos entramos a la sala. Para nuestra mala cuea, tuvimos que sentarnos relativamente adelante, puesto que casi toda la sala estaba llena, excepto por dos puestos detrás del cuico del curso, el Jun, un chinito que era bastante piola pero que destilaba riqueza, a ese weon nadie se le acercaba por lo mismo, era un tipo tan lindo, tan serio y tan elegante que intimidaba hasta al más choro y por ende, el puesto junto a él igual estaba vacío.

Pasados unos 10 minutos, tocó el timbre dando por iniciada la primera clase del año. Un profe que no cachaba entró bien chorizo, era joven como de unos 27 años, andaba con la típica pinta de profe joven, con pantalones negros, zapatos de vestir, una camisa a cuadros debajo de un chaleco sin mangas y con la mochila Jansport pero de las que son para andar con computador y con cuero en la parte de abajo o sea ubícate y para rematar, lo que no podía faltar, el Iphone en el bolsillo trasero del pantalón. Estos profes son tan básicos que hasta da risa.

Pero detracito de él venía un mino que me dejó casi babeando, un wacho coreano, de estatura media pero un poco más alto que yo, delgado y blanquito, con el pelo negro y una chasquilla que casi le tapaba los ojos, tenía boquita de pato que incluso uno desde su inexperiencia podía imaginar que sería muy rico de besar y para ponerle la guinda a la torta, tenía una rajita tan grande y redondita poniendo inicio a unas piernas largas de muerte que fácilmente podrían pasar como las de una mujer.

La conchadesumadre, perdóname mamá por la clase de pensamientos que están naciendo en mi cabeza de puberto.

Oh mai gad, weona que brutal, ay conchetumadre y todo lo que se me pueda ocurrir, se me paralizó todo cuando lo escuché hablar. Según lo que mi cerebro frito alcanzó a captar, se llamaba Boo Seungkwan y venía de Chiloé (imaginen que Chiloé es Jejudo xd) madre mía, si todos los sureños están tan ricos como él, voy a empezar a ir más pal sur.

Mis ojos lo siguieron incapaces de sacarle la mirada de encima hasta que se sentó al lado del Jun, justo en frente de mi, mis manos empezaron a sudar y desde donde estaba podía escuchar la conversación de esos dos.

— Hola, ¿Tus papás también son coreanos?

— Ah, no, yo vengo de China. Mis papás se trasladaron a Chile cuando entré al primero básico.

— Oh, qué bacán. Yo no nací en Corea, pero si he ido un par de veces, ¿tú has vuelto a China?

— Mis papás apenas tienen tiempo para viajar a Viña del mar — se rió el Jun — Pero quieren ir este año para el año nuevo chino.

— A estas alturas ya te debes sentir más chileno que chino ¿o no?

— Si, si no fuera por mis rasgos hasta se me olvidaría. Después de todo ni me acuerdo de como es allá.

a vo te pagan por aweonao 🍃 verkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora