Capítulo 7

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Un día en Seirin

El joven peli celeste seguía fingiendo que todo estaba bien, cuando en realidad su vida era un desastre, había perdido a sus amigos más cercanos por culpa de un dictador que amaba tenerlo bajo su control y por esta criatura malvada se mantenía en un estado de constante alerta.

Lo había perdido todo

¿Cómo podía mirar a sus preciados compañeros a los ojos cuando sentía que les estaba traicionando?

Parecía que lo único que hacía era decir mentiras

El miedo que el mago le infringía y el lavado diario de cerebro comenzaba realmente a funcionar porque el jugador fantasma le tenía tanto terror que seguía sus ordenes igual a un soldado obediente.

¿Cómo el miedo es usado para manipularnos tanto?

Muchos pueden decir que una persona estando en una situación de violencia actuaría diferente, pero nadie puede hablar sin estar en los zapatos de la víctima y precisamente el jugador fantasma se encontraba dejando que el miedo controlase su vida.

Pero ¿Cómo podía vencer sus temores si el mago día a día se encargaba de torturarle?

No es fácil

El jugador fantasma se despidió de sus compañeros de clase bastante lejos de la entrada, ya saliendo del instituto fue directo hacia el automóvil del mago dado que este siempre lo recogía en el mismo lugar de siempre y al entrar el mago le comento mirando con desfachatez su vestuario—Siempre me ha gustado el fetiche de los uniformes escolares, pero no te preocupes Tetsuya dejaremos la diversión para otro día.Hoy iremos a tomar algo con unos amigos

Aquí había un paso importante en su relación y Kuroko se sintió incomodo porque no le agradaban los compañeros del equipo del mago ¿Ahora debía estar cerca de ellos? ¿Por qué el mago le llevaba al bar cuando nunca lo había hecho antes?

El jugador fantasma le respondió tan directo como era su personalidad—Pensé que preferías mantenerme como tu sucio secreto.

—Como ya te dije únicamente estarán mis amigos de Estados Unidos y ellos saben que eres mi juguete, les he hablado mucho sobre ti— dijo el rubio con gran tranquilidad como si realmente no le interesara lo que otros pensaran de su persona o de su relación tan intima con su hermanastro.

Pensar que los amigos del mago eran aún peores que él.

Cuando llegaron a la casa, el rubio ordeno— Ve a cambiarte, entre media hora te quiero aquí.

Tetsuya suspiro, llegando hacia su habitación cansado de ser mandado como si fuera alguna clase de esclavo del siglo 21, se dio un baño rápido intentando despejar su mente y salió con un bóxer negro a ponerse algo de ropa; cuando de repente se sintió observado, miro que su ventana que estaba abierta y pensó que era suposición suya de que alguien lo vigilaba, eso era imposible
Nadie sabía que vivía allí

Al terminar de vestirse se dirigió a la planta baja, el mago le miro de pies a cabeza casi evaluándole y luego dijo— Esa camisa no me gusta, quítatela y ponte esta.

Nash sonrió con maldad— Y hazlo lento, quiero disfrutarlo.

El mago era un maldito pervertido.

Kuroko se quitó la camisa pesadamente ante la atenta mirada del otro, se había desnudado frente a Nash incluso ante el mago había hecho cosas que no se orgullecía y le daba vergüenza tan solo recordarlas, pero aún se sentía nervioso con esa mirada tan lujuriosa, esos ojos verdes que seguían la piel como si fuese un manjar exquisito tal si fantaseara con algo que seguramente pronto haría realidad.

En la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora