A sus 10 años recibió su runa de Ángel colocada en su brazo derecho, llevándola con orgullo como todas sus demás runas que cubrían todo su cuerpo. Figuras de tinta negra cubrían sus brazos y pecho sin orden alguno, mas lo hacían ver totalmente hermoso.Kim TaeHyung líder de combate de los Cazadores de Sombras del Instituto Daegu, un az con la espada de serafín, pero sobretodo un total dios con los cuchillos de mano, su puntería sobrepasaba los límites de la perfección. Un total guerrero entrenado para luchar contra los demonios que subían.
A sus ocho años ya había aprendido a luchar a la perfección, sabía usar el arco, y el cuchillo. Sus padres estaban más que orgullosos de él, pero no tuvieron todo el tiempo para verlo y enorgullecerse más. Un demonio rapiñador los atrapó por la espalda cuándo estaban separados tratando de encontrar otros demonios que estaban tratando de asesinar unos mundanos. ¿Cómo los mundanos los vieron? ni ellos lo sabían.
Quedó huérfano al nacer, a los nueve su abuela se lo llevó al instituto de Daegu, no volvió a Londres desde entonces.
Pero algo sí lo tenía un poco tocado de los cabellos. Un mundano llevaba robando y rompiendo las estelas de varios ShadowHunters, lastimaba a lobos con runas tóxicas, le colocaba runas a los humanos torturandolos horriblemente, arrastraba a vampiros hasta la salida del sol y de alguna extraña forma lograba asesinarlos con el sol.
TaeHyung solo se preguntaba una cosa
¿Cómo podía hacer todo eso un simple mundano?Jeon JungKook no se creía a el mismo como un mundano. Lo llamaban El mundano de oro, podía hacerlo todo.
Llevaban años buscándolo, y nadie aún podía encontrarlo, no dejaba rastro, ni pista.
Pero TaeHyung tenía algo que Jungkook no.
La ayuda de un ángel.Min YoonGi podía ver todos los pasos de JungKook, y TaeHyung podía llamar a YoonGi.
Y JungKook no podía más que convocar a demonios.
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HIM || vkook
FanfictionTaehyung siendo el cazador más fuerte del clan de Daegu, se le había encomendado una única misión, encontrar al mundano JK, el asesino serial de criaturas. Y llevarlo ante la corte angelical, pero, ¿Por qué, Él? Tantos por qué's y ninguna respuesta...