Cambio

Capítulo Extra: Vamos a la playa (Parte 2)

-Francisco te llamó, será mejor que lo llames de vuelta- dijo y se volteó, pero antes de que dé un paso lo cogí del brazo.

-Oye espera- dije y se volteó a verme. Me estaba mirando con una expresión molesta, lo que me provocaba una furia en el pecho y un deseo de pegarle y gritarle en la cara.

Después de todo sabía que solo tenía un segundo para explicar – Eres increíble... - dije y tome una gran inhalación - Él es el único amigo que hice en estos dos años, lo siento por no contarte de él, pero pensaba que vendría a visitarme y ahí te lo presentaría.- dije pero solo podía ver como tensaba su mandíbula.

- Así que me reemplazaste- dijo ofendido a lo que lo miré incrédula.

-Espera – dije de un momento a otro más molesta - ¡¿En serio crees que yo soy capaz de hacerte eso?! ¿Me estas jodiendo? Literalmente he esperado 365 dias para verte, para asegurarme que no corras ni un riesgo, ¿y piensas que he estado con otro? – dije y comenzó a salir un vomito de palabras de mi boca – ¡Mira, que tú quieras ser mi "amigo", no significa que yo quiera ser tu "amiga", yo NO quiero ser solo tu amiga! Me parece ridículo que creas que voy a ir con otro tipo como una zorra cualquiera después de haber pasado por tanto - dije y me quedé sin aire.

-Yo no quiero ser solo tu amigo, pensé que tu querías ser solo amigos – dijo confundido. ¿ES TAN IDIOTA? ¡Lo besé apenas lo vi! ¿Acaso eso dice: "seamos amigos"?

-Bueno, no - dije riendo encima de la frustración lanzándole el celular con foto de Fran con su "saliente"- ¡Él es solo mi amigo gay!

Se quedó viendo la foto unos segundos y luego me vio a mí con una cara de esperanza.

-¿En serio quieres algo conmigo? – preguntó viéndome con los ojos abiertos como platos.

-Dios, que idiota eres – dije caminando con pisadas fuertes hacia él y sin dejarlo pensar dos veces uní mi boca con la de él y enrollé mis brazos en su cuello.

Le tomó menos de dos segundos en enrollar mi cintura con sus brazos y responderme el beso.

Ahora si las mariposas en mi estómago estaban por explotar. Había tenido tantas ganas de hacer esto desde la primera vez que lo besé en el campus de la universidad.

Me tomó de la cintura y me acercó más a él. Okay, no creo que eso sea posible. Estábamos muy pegados, su lengua se movía con la mía dentro de mi boca, y de un momento a otro, puso sus manos en mis caderas y me alzó a la isla, sentándome encima de ella, colocándose entre mis piernas.

Como reflejo enrollé las piernas en su cintura y pasé mi mano por su pelo. Era tan suave. Lentamente la cosa estaba yendo de 0 a 1000. Su boca comenzó a besar mi cuello dejando rastro de besos en él. Me estaba dando cosquillas, por lo que con mis manos en su mandíbula alcé su boca y la uní a la mía nuevamente.

En un segundo, no sé cómo, se había quitado el polo y lo había dejado en la mesa. Me quedé mirándolo unos segundos. Dios, como seguía siendo tan perfecto. Se acercó a mí y unió sus labios con lo míos de manera salvaje y apasionada. Puso sus dos manos en mi culo y me levantó, logrando que presione más mis labios con los suyo y lo agarre fuertemente de la espalda.

De un momento a otro estábamos en el cuarto, y simplemente por decencia, cerró la puerta, porque no había nadie, pero bueno, por si acaso.

Me colocó en la cama y se puso encima de mí. Alcé mis brazos y deslizó mi top hacia arriba solo separándose de mí unos segundos. Mi boca estaba completamente perdida en la suya. Se alejó un momento y se sacó los pantalones haciendo que ría.

-¿Así que te da risa? – dijo de manera malévola, y yo solo por joder asentí – Ya veremos- dijo y de un jalón jaló mis shorts y los tiró al piso. Iba a volver a reír pero sus labios me interrumpieron.