Capítulo 15

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—¿Seguro no quieres ir con nosotros Jihoonie?

—No, está bien —dijo el menor sonriendo—, me quedaré con tu madre, dijo que recibiría a sus amigas más tarde y le ayudaré a preparar galletas para ellas.

—De acuerdo, entonces nos vemos en la cena.

Daniel asintió y fue a su habitación para cambiarse de ropa, luego fue a buscar a Seongwu.

—¿Jihoon no viene con nosotros? —preguntó el mayor mientras subían a la camioneta.

—Dijo que iba a quedarse con mamá para ayudarle a hacer galletas para sus amigas —habló Daniel riendo—, pobre, no sabe lo que le espera, esas mujeres están locas.

Seongwu sonrió mientras abrochaba su cinturón de seguridad, cuando volvieran a Seúl iba concederle un deseo a Jihoon, lo merecía.

Llegaron al acuario y caminaron a la entrada dando saltitos, ambos emocionados como dos niños pequeños, sin importar que la gente alrededor los mirara de forma extraña.

Entraron a la primera parte del recorrido donde pudieron observar las pequeñas especies, y los arrecifes.

—Ese se parece a ti —dijo Daniel señalando uno de esos peces raros con cara cuadrada y bigotes para molestar al mayor.

Seongwu rió imitando al pez con su boca y abriendo mucho los ojos.

Después bajaron al túnel submarino, donde pudieron ver enormes tiburones del doble de su tamaño nadando sobre sus cabezas.

Cuando terminaron el recorrido por las salas de exhibición decidieron descansar un momento en una de las zonas al aire libre destinadas para el público, se sentaron en una pequeña mesa con una sombrilla colorida y Daniel compró bebidas de frutas para los dos.

—¿No crees que esto es un poco perturbador? —preguntó Seongwu mirando las tiendas de snacks y souvenirs.

—¿Qué cosa?

—Estamos en un acuario y afuera hay montones de restaurantes de mariscos y tiendas que venden animales disecados en llaveros —dijo dando un sorbo de su bebida.

Daniel rió.

—La vida es así de irónica a veces.

Terminaron sus bebidas y volvieron al auto, Daniel se alegró de ver al mayor más animado después del paseo y pensó que después de eso podría hablar con él de lo que había escuchado esa mañana sobre su madre, la curiosidad por saber más de la vida de Ong lo estaba matando.

—¿A dónde vamos? —preguntó Seongwu al notar que el camino que estaban tomando de regreso a la casa era totalmente diferente.

—Hay un lugar especial que quiero mostrarte —dijo el menor sonriendo sin apartar la vista del camino.

—¿Estás engañándome para llevarme a comer otra vez?

La risa de Daniel retumbó en el coche.

—No, no voy a hacer eso.

Veinte minutos después, el auto atravesó las puertas del estacionamiento de la antigua secundaria de Daniel, quien saludó al guardia en la entrada con familiaridad y luego condujo hasta la parte posterior de la escuela, donde podía verse un enorme gimnasio.

Bajó del auto y tomó la mano de Seongwu, guiándolo dentro del recinto, el mayor seguía sus pasos inseguro, no es que tuviera miedo de Daniel, para nada, confiaba mucho en él, demasiado para su propio bien, pero no estaba teniendo un buen presentimiento sobre el lugar.

Una vez entraron el olor a químicos de limpieza y agua clorada inundó sus fosas nasales, haciendo que su estómago se sintiera revuelto.

—¿Qué te parece? —preguntó Daniel entusiasmado—. De verdad quería mostrarte este lugar, cuando estaba en la preparatoria fui miembro del equipo de natación por un tiempo, fue una de las mejores épocas de mi vida.

Let me love you 🔞 [Wanna One] 《OngNiel》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora