My preciosa adicción (Chatnoir/Adrien x Tn)

Átame egoísta

No sé cuanto tiempo pasó desde que ambos se fueron honestos con esos poemas, pero ninguno pudo decirse a la cara lo que sentían, por orgullo.

Chloe no pudo dejar de pensar en esos poemas que aunque tontos tenían un significado más grande y peligroso.

Adrien intentó hacerlo de otra manera, últimamente se sintió necesitado, y solo conocía una persona que saciaría esa sensación... Marinette, pero solo por poco tiempo

En cambio ___ seguía sufriendo en silencio, quizo sacarlo todo. "Música", pensó. Antes ella canataba cuando Adrien tocaba el piano.

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Fueron meses los que pasaron para que ambos siguieran adelante, él ahora era novio de la azabache; y ella, comenzó a componer, componer para sí misma.

También hubo cambios con el dúo heróico parisino. Dos nuevas integrantes se unieron: "Queen bee y Rena rouge".

Aunque ellas solo aparecían cuando la causa lo amerita.

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-- Entiende que todo acabó... ahora no hay más..., el silencio todo se lo llevó.. no, no. Eso no-- soltó el lápiz y gruñó cansada de que la letra no saliera, necesitaba despejarse.

 Salió a caminar, por toda su amada París, sin rumbo. No supo cuando fue que llegó pero ahí estaba, parada en el mismo café que le traía tantos recuerdos que se volvieron amargos con el paso del tiempo.

De forma automática ingresó, el local estaba vacío, a excepción de una cabellera rubia... no, su presencia no la molestaría más, además tenía todo el derecho de estar ahí. Saludó al señor de la recepción y pidió un chocolate con leche.

Mientras se dirijía a su asiento, una risa la perturbó. Estaba estática, "como pudo" se repetía mentalmente. Una ira incontrolable la empujó donde los enamorados estaban y sin la alerta de ninguno un sonido seco se oyó en el sitio. 

-- ¡Eres un idiota! -- gritó, Marinette alarmada quería responderle, pero ____ ya se había ido pidiendo disculpas al recepcionista, solo le quedaba consolar a su novio que tenía una marca roja en la cara.

--- pero que le pasa, ¿por qué te cacheteó? -- le preguntó, Adrien tampoco lo sabía, a caso habrá enloquecido?

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Sus lágrimas caían a cantaros, estaba en la fuente del parque.

Por que Adrien tuvo que llevarla a esa cafetería. Era su lugar, lo había profanado, lo único bueno que guardaban juntos, él lo había arruinado todo... 

En cuanto más lo pensaba, más vulnerable se ponía ante Hawk Moth.
¡No! No volvería a caer. No volvería a sentirse miserable. No lo dejará ganar, no otra vez.

Se apretó los brazos fuertemente sumergida en sus pensamientos que no se dió cuenta que alguien la había alcanzado.

--- Hola --- saludó el chico tomándola desprevenida.

Ella volteó de inmediato, sus ojos estaban cristalizados y su pelo ligeramente alborotado. Su piel empalideció demanciado por el llanto remarcando ligeramente las ojeras, y haciedo más visible el rosa de sus labios, mejillas y la punta de la nariz.

A los ojos del muchacho, era la criatura más hermosa que había visto en todo el día.

--- H-hola Luka --- trató de que su voz sonara más segura, pero se extinguía con cada palabra.

Él se apiado y se sentó a su lado.
De seguro no pensó en reencontrarla en ese estado.

Él extendió los brazos sin decir nada, sabía que eso era lo que necesitaba en esos momentos. ______ entendió el mensaje y se abalanzó al de puntas azules.

Se aferró a su chaqueta con uñas, su llanto no paraba, las lágrimas seguían resbalándose por sus mejillas mojándo el polo blanco del chico que comenzó a acariciar su pelo negro con tal de tranquilizarla. Estuvieron así un largo tiempo hasta que lo único que quedó fue una respiración entre cortada con pesados suspiros.

--- A~Adrie~en es~ un idi~iota~ --- trató de calmarse pero los pulmones le fallaban.

--- ya, ya, calma --- dijo con tranquilidad --- ven, te tocaré algo --- tomó su guitarra que dejó al costado quitándole la funda.

Luka tocó unas cuantas notas buscando la melodía adecuada, mientras la joven lo veía con sus ojos negros, brillantes por las lágrimas.

Se quedó contemplándolo todo lo que restaba del día, escuchando la canción que le dedicó. Por momentos el dolor de su pecho se fue llendo dejándo un simple vacío en su aliento.

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Luka acompañó a la morena a su apartamento para que no le pasara nada. En todo el camino estuvieron hablado de trivialidades, hasta que le preguntó sobre como era Suiza, ella solo contestó: "fría" frunciendo los labios con una semisonrisa y ocultando su mirada hacia el frente.
El joven decidió no hablar más del tema.

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Untó crema por sus piernas, sobando cada parte desde el talón, subiendo con delicadeza a la rodilla doblando al muslo tocando la basta del camisón.

Por alguna razón se sintió observada, paro el masaje para mirar por la ventana. No había nadie. Se levantó y cerró las cortinas veloz.
Desde el akuma, sentía paranóia, miraba siempre a sus costados y se escondía en donde podía cuando había alerta de akuma.

Había conciderado mudarse más lejos, pero estaba segura que los departamentos costarían más y ella no estaba en condiciones de costiárselo.

Solo le queda la resignación, siempre resignación.

*Aliento: Se dice que el aliento es el reflejo del alma.