My preciosa adicción (Chatnoir/Adrien x Tn)

Somos gris

Pasaron casi dos semanas desde el último akuma.
Chatnoir era más inestable cada día, más agresivo y sin ganas de bromear. Ni que decir de Adrien. Todos se preocupaban por él, sobre todo Marinette.

La oji celeste comenzó a ser más cercana a Adrien. Almorzaban juntos, incluso en algunas ocaciones se juntaban a hacer la tarea lo cual siempre terminaban jugando videojuegos.

Adrien recordaba cuando la azabache le regaló su pulcera de la suerte, y en su cumpleaños él le regalo una.

- Oye Marinette - dijo antes de salir de la panadería - te gustaría ir a almorzar un día.

- sí! - respondió esta emocionada - digo si claro - trató de enmendarse posando casual sobre la puerta.

Jaja - rió por lo bajo, le parecía gracioso los cambios de expresión de Marinette mientras esta se sonrojaba - nos vemos entonces - se despidió con una mano y una sonrisa al subir al auto.

Cuando ya estuvo lejos notó su rostro, una sonrisa. Hace cuanto que no sonreía de esa forma tan~ natural.

Marinette. . .

Sonrió para sí

. . .

- Hola ____, ¿cómo estas? - dijo la catarina al entrar.

Por una extraña razón ladybug era ahora quien la visitaba. Tal vez no tan extraña.
Tenía dos opciones: sentía pena por ambos o hacía que Chatnoir la envidiara. Tiraba más por la segunda, aún así ninguna le gustaba

- Bien. Estoy bien.

. . .

Las clases estaban por terminar cuando la alerta de akumas sonó. La maestra Bustier los sacaba con calma, pero el akuma entró abruptamente haciendo que todos retrocedan.

- ¡¿Dónde está la novia de Chatnoir?! - gritó para sorpresa en los alumnos, más de miedo que de candenleros.

Al oír eso tres personas se alertaron. ____ se ocultó bajo el escritorio rezando para que no la vea, pero al parecer que no rezó lo suficiente.

- Hola muñeca, vamos a dar un paseo- la cargó a costa de los gritos y pataletas.

. . .

Los gritos se intensificaban cada vez más. El akuma tenía a _____ sujeta un mastil en la punta de un edificio.

- Vamos cariño, si vas a gritar hazlo para responder - las lágrimas caían cuando este la baleanciaba.

- NO, POR FAVOR NO! - sollozaba.

- Que tanto te cuesta. No me digas que encerio guardarías su secreto por que lo amas. Esa no me la trago - rió este mientras doblaba el mástil.

- ¡¡ AYUDENME!! ¡¡ POR FAVOR!!!! - CHATTT!!!! - desgarró su garganta al decir su nombre. La deseperación la mataba, no era una de las ya altas casas de París. Estaban mucho más lejos, a espaldas de la torre, donde habían rascacielos.

Y ella estaba al borde, sin tocar el suelo con una única vista a este.

Las personas eran indiferentes a la escena, como si ninguna chica era colgada boca abajo de un edificio de más de 50 metros de altura y sin preguntarse donde se encontraban los héroes.

Hablando de ellos, estos estaban entretenidos por una de las trampas del villano.

El gato golpeó fuertemente la pared donde se encontraban, esperando derrumbarla pero nada.