El silencio era tenso e incómodo.
O más bien solo era tenso y lleno de pánico.El vocalista rompe esté con una carcajada, no aguanto lo suficiente y ahora sabía que su vida peligraba, se dobla a la mitad debido al ataque de risa, se retuerce como un demente sobre el sofá y es que, simplemente no podía detenerse.
Tampoco es como si hiciera un esfuerzo.
—Siki, Joder. Cierra la boca.
El líder y primera guitarra,intenta _en vano_ de silenciar al rubio con suaves golpes en su brazo. Al tenerlo al lado, su carcajada lo había aturdido pero no le importaba más que se callará. No quería terminar sin vocalista y menos sin pareja.
Las risas fueron menguando, hasta ser sólo jadeos y respiraciones profundas. Siki, entonces limpio una lagrimilla producida por ellas y mantuvo una sonrisa burlesca, no tenía miedo.
O quizás si, pero no le daría el gusto a ese gnomo de verlo afectado.
Luvia, se escondió tras Kosukë y el de mechas rojas bufó, frunciendo el entrecejo al ver su acción. Pero no lo culpaba, él estaba tan jodidamente asustado que temía acabar sin trasero el poco que poseía.
A diferencia de ellos, la cuarta persona se mantenía neutral.
Estaba sonriendole a su reflejo, acomodando uno que otro mechón de cabello bi-color fuera de lugar, ajustando sus coletas un poco más y sus bucles perfectos dejándolos sobre sus hombros.
Así mismo, tomaba un brillo labial y lo colocaba con lentitud, tanta que Luvia observó a sus otros compañeros con el miedo en sus ojos.
Todo estaba tranquilo.
Los tres miembros de CANIVAL se quedaron estáticos en su lugar cuando la persona de coletas salto de su silla y se acomodaba la falda de su traje, todo en cámara lenta.
O así ellos lo perciben.
—Y bien...¿Van a terminar de alistarse o qué?—y sonrió.
Y esa sonrisa les heló la sangre.
¿Exagerado? Quizás.
—Haruya Uh...¿Estás bien?—se arriesga a preguntar Kosukë, el pelirojo temblaba de miedo y no era para menos.
Su pareja en cambio, se puso de pié y camino veloz hacia el segundo guitarrista; destacando inmediatamente debido a la diferencia de altura.—Ya golpeame, así el miedo se les quita a ellos.—Había burla en la voz del vocal, tanta que Kosukë no sabia si él era masoquista o solo un idiota.
Un idiota al que amaba, claro.
Haruya hizo una mueca que le saco un suspiro a Luvia, fue solo un pequeño puchero con los labios pintados de rosa y era demasiado adorable. El segundo guitarrista observó a Siki, teniendo que elevar el mentón para ello y con mejillas sonrojadas,blabios vueltos en un puchero y ojos como ese gato de película.
Lo obvio ocurrió.
Fue rápido y certero, un puntapié justo donde más duele.
Luvia y Kosukë se sujetaron instintivamente sus partes nobles, encogiéndose en su lugar.
La cara de Siki era un poema, digno de retratar. Cayó al suelo en seco sujetándose la entrepierna y boqueba por aire como pez fuera del agua.
—¡No me llames pulga ni microbio!
Kosukë reaccionó y fue a asistir a su novio, que se retorcía en el suelo cual gusano lloriqueando y maldiciendo a su compañero. Adiós sexo, pensó mientras lo sujetaba y colocaba de pié.
Casi se cae y como si el fuera un maldito árbol, Siki se le colgó al cuello cual koala.—M-me duelen las p-pelotas ah.—el de mechas rojas rodó los ojos y aún asi, abrazo al más bajo acariciando su espalda de arriba hacia abajo para que se recuperará.
Le dirigió una mirada molesta a su compañero de cuerdas y este sólo se fotografiaba feliz de la vida.
—Haru, debes disculparte.
El nombrado se detuvo y se encogió de hombros.—No, suficiente tuve con ese estúpido poste para que él se ría de mi.
Luvia casi _casi_ se ríe y no quería terminar así de mal como Siki, definitivamente su pene no lo soportaría.
—Pero el solo lo dijo bromeando.—Hablo con suavidad el batero por primera vez. No buscaba defender a nadie solo aclarar un punto.
—Bromeando o no, lo veo y juro que lo castro.
La sonrisa encantadora y tierna de Haruya sólo daba más miedo que estando serio, era peor su rostro con rasgos infantiles.
Era como un jodido psicópata.
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Bien es poco.Es muy poco.
Pero me gusta como quedo y si agregaba más no quedaría bien.
Si no saben quienes son,les recomiendo la banda. Son realmente buenos y unas de mis favoritas.
Nos vemos luego. ¿?
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PEQUEÑO PELIGROSO
HumorTenía encanto, sin dudas. Adorable y tierno, daban ganas de abrazarlo apenas lo veías. Como no, el adoraba ser de ese modo porque era más fácil aprovechar las ventajas de ser un simple chico con rostro de bebé y facciones delicadas. Su personalidad...