II

125 36 3
                                    

No era que fuera violento, él era por lo general demasiado tranquilo y pacífico. Le gustaba tener buena relación con todos los otros conocidos de bandas amigas, con su familia e incluso con su idiota ex.

Pero algo cambiaba o estallaba dentro de él cuando entre bromas, le resaltaban su escasez de altura. Haruya sonreía y luego los amenazaba a bases de sonrisas que sabía que los asustaba por ser unos miedosos.
Siki y Kosukë al inicio no creían que poseía apenas 1,60 al presentarse a las pruebas cuando era HIZ, el pelinegro _en ese entonces_ vocal,se había reído tanto de él que término golpeado por una costosa guitarra acústica.

Haruya no es violento, solo propenso a enojarse bastante rápido.

Sin embargo, el día en que tocaron para las bandas más populares en su gira M.A.D conoció a un idiota gigante que no solo se rió de él junto con un muy confiado Luvia, si no que también lo hizo cuando lo amenazó en golpearlo en sus partes nobles.

Y el pequeño guitarrista estaba furioso y sabía que debía ignorarlo, pero no podía. Le había dolido el orgullo, debía tener su venganza.

Más cuando solía recordar los estúpidos apodos que escupía a diestra y siniestra.

"Microbio."
—"enano microscópico".
"pulga".

El simplemente rechinaba sus dientes y quería ir a romperle una de sus guitarras en la cabeza para que se arrepintiera de llamarlo de ese modo.

Bueno, no tan salvaje.

Las guitarras no tenían la culpa,solo las personas con exeso de idiotez como el gigante del día anterior.

—Ya debes ignorarlo. Te desquitaste con Siki ayer ¿Porqué seguir?—preguntó Kosukë, había cierto reproche en sus palabras debido a que el líder se quedó sin sexo por unos días. Podría tomar el rol de activo pero sabía que su masoquista novio pegaría el grito en el cielo y comenzaría a explicar que él era un "macho" etc.

Haruya entonces, observó a su mejor amigo tras sus gafas de sol. Kosukë admitió que tuvo que bajar su mirada para observarlo con más atención, incluso su compañero lucia tierno haciendo ese gesto ofendido.

—No lo entiendes porque eres otro gigante idiota.—esta vez, el pelirojo cambio su expresión a una ofendida.—Ese tipo se la paso burlándose de mi, ¡Hasta se iba a nuestro camerino con la excusa de que quería hablar con Luvia! Los dos se rieron a costa de mi enana persona.

El de hebras rojizas no entendía, ¿Porqué él SÍ podía catalogarse de ese modo y los demás no? Un suspiro de exasperación brotó de sus labios pintados de rojo.
—Pero no lo volverás a ver...—dijo, como quien no quiere la cosa.

Ademas si habían problemas entre sus bandas,podría generar algo poco bueno para ellos. La banda del "Gigante Idiota" era más alta en la escala que la suya y si demandan a CANIVAL podrían quedar sin compañía y adiós a sus sueños.

—No lo veré en alguno de los show próximos, pero Luvia es amigo de él y Siki de su vocalista.—la sonrisa que le brindó el bajito de lentes, le heló la sangre y le causó ganas de abrazarlo.No lo culpen, ese gnomo con rostro de niña le causaba a todos ese raro _muy raro_ sentido de protección.

—No voy a ir a decirle a mi bebé que me diga la dirección de Aki, ni loco.—murmuró negando repetidas veces con su cabeza, ocasionando que su cabello se balanceara en el proceso.

Haruya rodó los ojos y rió, llamando la atención de los pocos transeúntes de la zona. Iban de camino a la sala de ensayo y como vivían a poca distancia, les gustaba más caminar que conducir.

—No te iba a pedir tal cosa.—dijo riendo.
—Se lo voy a sacar a Luvia.

Y Kosukë sintió pena por el batero tatuado o quizás no tanta.

PEQUEÑO PELIGROSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora