III

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Luvia no solía meterse con nadie, era tan callado y cuando abría la boca sólo era risa y palabras que él mismo consideraba graciosas. El de piel manchada tenía un gran círculo de amigos gracias a su personalidad peculiar y era algo que a Haruya le había cautivado desde un inicio.

Kosukë lo observaba con reproche desde su lugar al lado izquierdo del vocalista en la sala de ensayos. Siki lo saludo con enfado y el de mechas bicolor rió con mucha gracia mientras analizaba a su ex.

Luvia estaba ajeno a su plan de persuasión, a su plan de "O hablas o te tragas los dientes" viviendo en su nube de pedos como se empeñaba en llamar a la distracción que cargaba el batero.
Cuando considero que era bastante su observación, dejó de lado su guitarra color blanca, dejándola en el soporte antes de colocarse de pie y encaminarse al lugar donde estaba Luvia tras la batería.

Kosukë le reprocho con su mirada y él sonrió aún más, con ese característico brillo malvado que únicamente su mejor amigo de mechas rojas identificaba.

"No lo hagas" era lo que le intentaba decir con sus ojos el líder y Haruya se rió más fuerte aún, captando la mirada de su ex pareja de inmediato.

-¿Haruya?¿Por qué te ries?-el de hebras bicolor viró los ojos ante las preguntas echas por el más alto y una sonrisa leve se pinto en sus labios. Debía pensar bien en como abordar el tema.

-Por nada, nada.-le resto importancia con un corto movimiento de mano y quito un mechón de intruso cabello de sus ojos.-Me preguntaba si te gustaría salir luego del ensayo, ya sabes...Como los viejos tiempos.

Haruya tenía una sonrisa que Luvia no identifico muy bien pero que consideraba bonita; el batero negó con la vergüenza en color rojo vivo en ambas mejillas.

-Uh,me temo que no...-dijo, suave.

Así como apareció la sonrisa del bajito, desapareció, reemplazandola una mueca de decepción.-¿Porqué no?-cuestionó con lentitud.

Haruya contaba hasta diez mentalmente, quería agarrar a su ex - novio de los cabellos plata y jalarlos hasta convertirlo en un calvo más en el mundo.

-Saldré con unos amigos y con uno no te llevas bien como para invitarte...¡No es que no quiera que vayas!-se apresuró en aclarar tirando de paso,las baquetas al suelo.-Pero es cierto.

¿Alguien con quien no me llevo bien? ¡Bingo! ¡Es el idiota!

Pensó con una sonrisa tal cual gato de Alicia en el país de las Maravillas. Haruya entonces aplaudió una vez, causando un sobresalto en la sala en general.

Kosukë pensando en que su amigo baterista había sufrido un guantazo de los buenos y Siki igual.

Pero solo vieron al bajito emocionado, quizás muy emocionado.

-¡Perfecto! No me quejare en absoluto,iré contigo por más que quería que fuéramos los dos solos.-Y era mentira, pensaba en salir con Luvia en una cita no cita y sacarle la verdad a base de fuerza, pero el plan había cambiado y era incluso, mejor de lo que pensaba.

Luvia en cambio sonrió nervioso y asintió no muy convencido de que hacia bien en permitir tal encuentro.-Seguro...-murmuró y Haruya se marchó no sin antes depositar un sonoro beso en la mejilla del tatuado.

Luvia ignoraba que la tercera guerra mundial se estaba horneando dentro de la cabecita del guitarrista.

¡Hola venganza gigantón!

Y si, quizás Haruya estaba loco después de todo.

PEQUEÑO PELIGROSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora