Tamon era torpe, todos lo sabían y eso se había ganado varias burlas de sus compañeros de banda, del staff incluso y más aún, de su propio padre.
Dijo que era hereditaria, sin embargo, eso no lo ayudaba en nada.
El batero solía tener un humor cambiante, de vez en cuando podía estar alegre y medio loco a serio y distante. Lo último, intentaba cambiarlo pero era simplemente imposible, le nacía de lo más profundo de sí mismo.
Por lo general, usaba su lado más tranquilo y divertido para ahorrarse las preguntas sobre su bienestar, siempre hechas por sus amigos con una insistencia que solía molestarlo.
Sin embargo, ahora mismo un humor de los mis demonios era lo que cargaba consigo. La noche anterior se repetía en su cabeza una y otra vez, ocasionando que llevará una mano rápidamente a sus hebras en busca del dichoso fideo aceitoso con pánico. De solo recordar la hora y media en la ducha batallando con su cabello lo enfurecia aún más si eso era posible.
—Oye.
Pero ya iba a ver ese jodido gnomo de piernas de pollo y ropas extravagantes.
¡Nadie le hacía hacer el ridículo a Tamon!
Menos ese microbio medio niño guión medio niña.
—¡Tamon!—su ensoñación término abruptamente, causado por un muy molesto Aki. Shohei y Kuruto se reían poco disimuladamente y Nao, bueno, solo tenía ojos para su guitarra.
—¿Qué?—dijo el baterista haciéndose el idiota y jugando con las baquetas. Shohei finalmente rió y Tamon le dedico una mala mirada, el rubio enano vocalista golpeó al más alto para que se callará de una vez.
—Estamos ensayando, ¿Lo sabes no?—Aki espero un asentimiento y cuando lo obtuvo, elevó ambos brazos al aire, soltando de paso varias hojas de letras y composiciones echas en el transcurso de esa hora.—¡Por fin! ¡Entonces si lo sabes presta atención idiota!
Tamon tuvo el descaro de bufar. Entonces recibió un golpe del guitarrista principal, el batero nunca notó el momento en que llego a su lado y Nao, con rostro serio lo regaño:
—Sí vas a estar así por lo que resta del ensayo, podemos llamar al suplente.—el de hebras violetas negó, con un claro ceño fruncido que le ganó otro golpe.—Hablo en serio y los chicos aquí, no se negarían.
Kuruto y Shohei se encogieron de hombros, Aki sonrió de esa manera media extraña y sin más, Tamon se obligó a suspirar e intentar ignorar todo su enfado.
Luego abría tiempo para la venganza.
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Y la dichosa venganza llegó demasiado rápido para su placer y gusto.
Al inicio pensó que era un sueño o puede que una pesadilla, puesto que el enano endemoniado era terrible para su estado de ánimo.
Y para su salud.
Estaba en la zona comercial de Shibuya, rebosaba de gente yendo y viniendo sin parar a fijarse en él. Pero aún así se había ganado un par de miradas curiosas como coquetas de chicas y de un hombre que parecía un oso calvo.
Volviendo al objetivo.
El microbio sonreía en dirección a una vidriera que exponía ropa a la moda y luego,se adentro a la tienda. Tamon sonrió saliendo de su improvisado escondite tras un puesto de comida coreana; fue un dolor en su inexistente trasero avanzar entre el mar de personas pero lo logro.
Ideó algo rápido y una vez dentro del colorido establecimiento, tuvo que esconderse tras un par de maniquíes puesto que el guitarrista de mechas combinadas observó a su dirección.Unos segundos después, observó tras un brazo plástico si continuaba allí y en efecto, el tipo tomaba un par de prendas al azar para luego, caminar a los probadores.
Tamon salió y corrió haciendo de paso, gala de su torpeza al chocar con un par de percheros. Casi se cae y de paso tiraba el montón de ropa sobre él.
Maldijo entre dientes al ver como el compañero de banda de Luvia salía del probador a verse en un espejo, tuvo que ocultarse tras el perchero comercial y sabía que hacía el ridículo dada la mirada incrédula de la trabajadora del local.
Haruya se alejó del probador en dirección a la mujer tras la caja para preguntar quién sabe que cosa.
Tamon se apresuró y tomó una camiseta con el respectivo gancho anti-robo en una de sus mangas y corrió como idiota, serpenteando entre los distintos maniquíes y percheros hasta llegar al probador uno.
Verifico que el de coletas no lo notará y con rapidez tomó un bolso negro de tachas perteneciente al jodido microbio vengador y abrió el cierre del mismo, para meter dentro la prenda, cerrando luego. Sonrió con toda malicia y cayendo en cuenta donde estaba, devolvió el bolso al lugar donde lo encontró.
El batero de cabellos violáceos salió del reducido espacio aún con la sonrisa de bastardo que siempre portaba al lograr lo cometido. Un grito ahogado brotó de sus labios al ver como Haruya giraba lentamente y preso del miedo a ser pillado, corrió las cortinas del probador número dos, entrando en el veloz.
Minutos que le supieron a horas, por fin escucho como la amable mujer despedía al guitarrista y para cerciorarse de que era así, corrió la cortina se tela oscura.
Tamon se felicito tan pronto el bajito que rocío su cabello con fideos grasos traspasaba las barreras de detección y ellas inmediatamente sonaban.Alertando un robo.
Haruya lucia confundido y su ceño se profundizó a medida que la ahora, para nada amable señora, le gritaba ladrón y llamaba a la policía a gritos. ¿Exagerado para una simple camiseta? Quizás, pero por ese pequeño acto, se ganaba a menos una noche en prisión.
Tamon salió del probador y tomó una camisa de franela a cuadros negros y esa sonrisa que parecía tatuada en su rostro volvió en una que ocupaba todo su rostro, mientras se acercaba a la dueña de la tienda y a un muy molesto guitarrista.
—Disculpe la intromisión, ¿Tiene un talle más grande? Me queda muy ajustada.—y guiño un ojo en dirección del hombre de estatura infantil, esa simple acción basto para que Haruya supiera que había sido el.
Tamon 1 - Haruya 0
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Este fic tiene apenas y solo diez capítulos, ¿Cómo será el contra-ataque de este gnomo?
Nos vemos en el siguiente capítulo.

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PEQUEÑO PELIGROSO
HumorTenía encanto, sin dudas. Adorable y tierno, daban ganas de abrazarlo apenas lo veías. Como no, el adoraba ser de ese modo porque era más fácil aprovechar las ventajas de ser un simple chico con rostro de bebé y facciones delicadas. Su personalidad...