Kyuhyun observaba a Sungmin charlando con el grupo de poderosos banqueros y empresarios con una mezcla de sentimientos. Llevarlo con él había sido un movimiento
estratégico por su parte para suavizar la que, en otras circunstancias, podría haber sido una reunión difícil y, por un lado, era un alivio que todo fuera bien. Pero no podía evitar una punzada de celos al ver que uno de los empresarios más jóvenes lo hacía reír.
Había pasado mucho tiempo desde que vio a Sungmin tan relajado y tan feliz. Era como si se hubiera encendido una luz dentro de él, como si ya no llevase una carga sobre los hombros.
Estaban sentados en la terraza de uno de los mejores restaurantes de Macao, separados de los demás clientes por enormes plantas.
Era un sitio perfecto.
Pero Kyuhyun no se había sentido nunca tan nervioso.
No sólo empezaba a enfadarse al ver al joven empresario coqueteando con Sungmin sino que aún temblaba de deseo porque ese tórrido encuentro en la habitación no había sido suficiente para saciar su apetito.
Cuando el joven rozo la mano de Sungmin, apretó el vaso que tenía en la mano. Pero, sin darse cuenta del peligro al que se enfrentaba, su competidor siguió charlando con Sungmin.-Cuando Cho dijo que iba a venir con un chico no esperaba a alguien como tú.
Kyuhyun empezó a tamborilear sobre la mesa, sus pensamientos tan negros como una tormenta al ver que rozaba su brazo. Y Min sonreía.
¿Estaba haciéndolo a propósito?
¿Estaba intentando despertar sus celos?-¿Qué te parece, Kyuhyun ? -era Junjin quien hablaba, el mayor del grupo de banqueros-. ¿Crees que la expansión tendrá un efecto negativo en la cuenta de beneficios?
-Lo que creo es que si Siwon no aparta los ojos de mi chico en cinco segundos buscaré financiación en otro sitio.
El joven lo miró, perplejo.
-¿Cómo?
-Vuelve a tocarlo y acabarás trabajando en la caja de un supermercado.
Sungmin lo miraba como si se hubiera vuelto loco.
Y tal vez así era, pensó Kyuhyun, notando que sus nudillos se habían vuelto blancos. Nunca en su vida había perdido el control durante una reunión de trabajo. Pero no estaba dispuesto a dejar que otro hombre tocase a Sungmin.
Junjin rompió el silencio con una risa forzada.-No subestimes lo que haría un hombre para defender a su pareja, ¿eh? Brindemos por el amor. ¿Debemos entender que la vuestra es una relación seria?
Kyuhyun vio que Sungmin se ponía colorado.
-Es hora de sentar la cabeza -siguió Junjin, encogiéndose de hombros, como si fuera un destino al que estaban abocados todos los hombres, quisieran o no-. Necesitarás hijos fuertes para llevar tu naviera. Sungmin no es mujer, pero eso no importa. Es un hombre precioso y estoy seguro de que te dará hijos fuertes y sanos.
Kyuhyun volvió a sentir una ola de pánico. Hijos, más de uno. Muchos niños que dependerían de él.
Nervioso, tomó su copa de vino.-Cuanto antes empecéis, mejor -Junjin no parecía darse cuenta de su nerviosismo o del rictus de Sungmin-. Un esposo joven debe tener muchos hijos.
Preguntándose si Junjin estaba haciéndolo a propósito, Kyuhyun hizo una mueca. Anticipaba la reacción de el ante un comentario tan sexista y decidió intervenir antes de que explotase.
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Nueve Meses
RomanceAquella noche con él traería consecuencias nueve meses después... El lujoso Audi despertaba miradas de curiosidad en el tranquilo barrio de Seúl, pero para el profesor Lee Sungmin sólo significaba una cosa: Cho Kyuhyun había vuelto a su vida. Cuatro...