¿Te acordás de mí?

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La mañana siguiente también amaneció lluviosa.
Antes de que la alarma suene, Jazmín ya se encontraba con los ojos abiertos mirando las gotas caer por la ventana desde su cama.
Esas eran las primeras lluvias desde que se había mudado allí.
Aún no tenía cortinas, pero a ella no le importaba. Despertarse con la luz del sol también la hacía sentirse más conectada con la naturaleza.
Se desperezó y bajó a la cocina. Se sirvió un vaso de agua y se sentó en uno de los pocos muebles que tenía: un sillón de tres cuerpos.
Miró a su alrededor y pensó en que quizás sería oportuno comprar algunos muebles más.
La realidad es que desde que llegó, no sabía por cuánto tiempo se quedaría allí. No era por una cuestión económica, en esa materia Jazmín estaba muy tranquila. La herencia que había recibido de sus padres era bastante acolchonada y le había permitido estar tranquila durante mucho tiempo.
Pero ahora que estaba allí sentada, fan despojada de todo, comenzó a pensar que a ese lugar le faltaba un toque de esencia de hogar, algo que hace mucho ella no sentía.
Revolvió su cabello con su mano y miró el reloj. Aún faltaban varias horas para que comience la clase de música que debía dar ese día. El clima no acompañaba su plan de llevar a los niños a pasear por el bosque a escuchar los sonidos de la naturaleza, por lo que optó por buscar su guitarra y sus viejas partituras y guardarlas en su estuche.
Se miró al espejo y eligió la ropa más adecuada al día. Nunca se detenía mucho a pensar que ponerse pero ese día, esa rutina la ponía algo nerviosa. Se probó varias prendas hasta que escogió unos jeans negros, unas botas altas y su remera blanca favorita. Se colocó su campera de jean, tomó un paraguas y emprendió su viaje.
Cargó su guitarra y algunos instrumentos de percusión en su jeep y arrancó.
Seguía faltando bastante para la clase, pero desde el momento en que despertó, había decidido que antes haría una parada inicial: "Las Violetas".
Estacionó su jeep en el mismo lugar donde lo había hecho el día anterior, suspiró, se volvió a peinar sus largos bucles colorados y salió.
La lluvia era intensa y debió correr esos cortos metros.
Adentro no había casi nadie y era de esperarse ya que el clima y el día lunes no eran propicios para concurrir a ese lugar. Pero ese "casi" no era un "nadie" absoluto y esa era la razón por la que Jazmín entró sonriendo.
Sobre la mesa de aquella ventana estaba otra vez ella, Flor. Era cierto, iba a volver y Jazmín no creía que la volvería a ver tan pronto.
Tomándose ciertas atribuciones, se acercó a la barra mirando a la señora que ya conocía y le ordenó el mismo desayuno. Luego se acercó a su mesa y la miró por unos segundos concentrada en su dibujo. Era tan hermosa.
Hoy llevaba un vestido azul y una campera roja, pero su pelo estaba recogido en una cola alta. Algunos mechones sueltos jugaban en su rostro pero no hacían perder su concentración.
Jazmín podría haberse quedado horas mirándola pero decidió interrumpir ese momento sentándose al frente.

"Buen día" le dijo Jazmín, sonriendo.

Flor levantó la vista, la miró por unos segundos y luego miró alrededor. Efectivamente le hablaba a ella.

"Buen... día."

Sin saber cómo seguir la conversación, Jazmín improvisó "Bueno. Buen día es una forma de decir. Es increíble como llueve. No había visto una lluvia así desde que llegué. ¿Ya desayunaste? Acabo de pedir lo mismo que ayer."

Flor seguía mirándola perpleja y sin entender nada. La que también miraba todo atentamente era la mesera, quien se había acercado cautelosamente.

"Perdón. Pero me parece que estás confundida."

Jazmín no entendía a qué se refería. ¿Sería una broma?

"Flor. ¿Tantas personas desayunan con vos que te olvidaste quien soy?"

Flor la seguía mirando con la misma postura. Hablaba en serio. Ahora ella miraba a la mesera con gesto de extrañeza.

"La verdad es que no. No te vi nunca en mi vida. Te estarás confundiendo."

"No Flor, ¿Si no cómo conocería tu nombre? ¿Tenés una hermana gemela?"

Flor la seguía mirando. Realmente se sorprendió de que supiera su nombre pero la situación empezaba a ponerla incómoda. No solía hablar con extraños.

"Jazmín, no se quién sos realmente. Y me incomoda un poco esta situación. Si no te molesta prefiero seguir dibujando."

Jazmín empezó a sentir una mezcla de decepción y de tristeza. No era el panorama que pensaba encontrarse "Si es una broma, no estaría entendiendo. Son raras las personas que viven acá. Pero no te preocupes, no te robo más tiempo."

A Flor ese comentario no le cayó nada bien "No te conozco, ni siquiera sé si sos de acá ¿y me decís que somos raros? Vos sos la rara acá."

Antes de que Jazmín pudiera responderle, la mesera se acercó y las interrumpió.

"Jazmín, buen día. ¿Me acompañás un momento?"

Jazmín se levantó sin cortar el contacto visual con Flor. Ambas estaban serias.
La mesera la condujo hasta la puerta de salida y se pararon bajo el techo del alerón de la entrada. La mujer miraba la lluvia caer con la mirada perdida y como si ya hubiesen empezado una conversación antes, comenzó a hablar.

"Me llamo Norma. Hace diez años mi marido y yo pusimos este restaurant. No viene mucha gente pero nos gusta. Nos alcanza para vivir y cocinar nos apasiona."

Jazmín la miraba sin entender por qué le contaba todo eso. Pero no preguntó nada.

"Vos sos nueva. Lo sé. Vivís en esa preciosa casa amarilla frente al mar. Cuando nos mudamos le dije a mi marido que soñaba con una casa así. Acá somos pocos y nos conocemos todos. Que llegue una hermosa mujer sola y viva en ese lugar nos llamó la atención a todos. Ni hablar de que esa mujer es bastante atractiva y roba varias miradas. Jazmín, nadie en esta pequeña ciudad no te conoce, te habrás dado cuenta."

"La verdad no presto atención a eso."

Ahora Norma la miraba "No te lo decía para hacerte sentir observada. Te lo decía porque hay una sola persona en todo este lugar que jamás, en estos meses, te registró."

No era muy difícil la ecuación. Jazmín miró para adentro "Florencia."

"Exacto."

"Pero ayer..."

Norma la tomó de los brazos para que la mirara "Jazmín. Te puedo asegurar que Flor se acordaría de vos desde el primer día en que llegaste... pero no puede."

"No entiendo."

"Flor tiene un problema. Tiene amnesia de corto plazo."

Ahora Jazmín la miraba asombrada.

"Pero... ¿Cómo? Si ella se acuerda de todo..."

Norma negaba con la cabeza "ella se acuerda de todo lo que vivió hasta ese día... ese día que tuvo un terrible accidente."

Ahora volvía a perder la vista en la lluvia. "Fue hace unos meses, justo unos días antes de que llegues vos. Era un domingo lluvioso y Flor estaba viniendo a desayunar como todos los domingos. Era el cumpleaños de su papá. Pero la lluvia no le jugó una buena pasada y perdió el control del auto en una de las calles de camino y chocó. Su cabeza se dio tantos golpes que pensaron que era algo irreversible. Pero después de dos días en coma despertó. En un principio nadie notaba que algo andaba mal. Pensaron que era un milagro. Pero con el tiempo diagnosticaron esto que tiene. Ella solo recuerda hasta la noche anterior al accidente y todos los días despierta pensando que es aquel domingo. Desde entonces, todos nosotros, su papá, su hermano, las personas de acá, cuando la vemos, simulamos que es ese día para que ella no se angustie y pueda tener aunque sea así, una vida normal."

Jazmín no salía de su asombro "Pero ¿Cómo hace? ¿No ve los diarios, la televisión?"

"No tiene celular ni televisión. Su rutina de domingo era venir acá y luego pasar el resto del día con su papá. Y así lo hace desde hace meses."

La lluvia seguía golpeando y llevaba el silencio que se había generado.

"Jazmín. Te pido que seas parte de ese proceso y la entiendas. No es con vos. No te conoce y no te va a reconocer... nunca."

Jazmín la miró sin saber qué decir. No podía creerlo. Sin más, se dio vuelta y volvió a su jeep. No le importó mojarse.
Entró y miró por el parabrisas el restaurant y la divisó en aquella ventana. Sintió mucha tristeza por su historia. Pero de algo estaba segura. De la misma forma en que Flor no se acordaba de Jazmín, ella no se olvidaría de Flor.

Como si fuera la primera vez - FlozminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora