Carta a Idalia -Parte 1-

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Mi querida amiga Idalia. Perdóname por haberte respondido todas las cartas que me has enviado y que luego de tanto tiempo finalmente me digno a escribirte (aunque me alegra enormemente saber que nunca te has olvidado de mí), digamos que ahora vivo más ocupada que nunca y obviamente he terminado descuidando tantos aspectos de mi vida, eso incluye el contacto con mis amigos e incluso familiares... eso ha de explicar la razón de todos los regaños que he recibido de Sandra, pero qué le puedo hacer, esta es la vida que decidí tener. Hay demasiadas cosas que quiero contarte, empezando por el hecho de que desde que me vine a España con Sandra me las he visto en apuros demasiadas veces.

Como bien sabes aún no había culminado mi carrera en la universidad allá, por lo que antes de prepararme para el viaje tuve que hacer más de mil trámites tanto en la universidad de allá como en la de acá en Valencia para que me fuese posible estudiar mi último año acá, gracias a Dios que me lo terminaron concediendo pero creo que ahí fue donde inició toda mi calamidad... digamos que el sistema educativo de acá y allá son demasiado distintos, me las tuve que ingeniar para poder estar al corriente, según lo que me dijo mi propio profesor encargado, estaba atrasada casi 2 años... fue un golpe bastante duro por parte de la realidad, dado que no solo era yo sino que eso significaba que nuestra educación está demasiado desfasada y anticuada en comparación al resto de los países... no miento que al decirme eso me entró una enorme vergüenza pero no me quedé ahí, decidí que debía hacer algo para estar al nivel de mis demás compañeros, pasé horas y horas en las bibliotecas tanto públicas como de la misma universidad.

Finalmente y con muchísimo esfuerzo logré estar igual a los demás, obviamente recibí la ayuda de muchos profesores que muy amablemente se encargaban de brindarme clases particulares así como de mucho compañeros que ahora puedo llamar "mis amigos". Digamos que estoy en una deuda eterna con todos ellos.

No obstante eso no acababa ahí, como bien sabes también yo tenía un trabajo de ya 2 años allá pero por mi radical decisión tuve que renunciar con todo el dolor de mi alma, amaba mi trabajo y les tenía gran apego a mis compañeros de trabajo, aparte de ti, Susan fue una de mis grandes amigas durante mi tiempo en la empresa. Ustedes son personitas que vivirán siempre en mi corazón. Logré conseguir trabajos de camarera en algunos restaurantes familiares; para finalmente quedarme en una pequeña tienda de reposterías y dulces en general.

Por mi hermana terminé estudiando incluso una maestría la cual ya me encuentro en mi último año y decidí aprovechar las vacaciones de 2 semanas que nos dieron para poder visitar a mi amada familia junto a Sandra. Estaba realmente emocionada, incluso mi apariencia había cambiado bastante, según lo que me dejaba muy en claro mi propia hermana era el hecho de haber perdido tanto peso y la verdad que no era para menos, tanta tensión y el poco tiempo que me quedaba día con día hacía que mis comidas se disminuyesen considerablemente; hacía más actividad física dado que mi trabajo quedaba tan cerca de nuestro hogar que incluso me encantaba ir caminando o para acortar tiempo me iba en bicicleta y luego de 3 años trabajando en la misma tienda pues más de algún cambio iba a presentar mi nuevo estilo de vida.

Creo que ya hace un año que siento que mi vida finalmente comenzó a estabilizarse, a tal punto que incluso fui capaz de comenzar a escribir pequeñas historias para niños que cada semana un diario local publicaba, estos fueron tan bien recibidos que una editorial me estaba brindando la oportunidad de recopilarlos en un solo libro y publicarlo, me sentí tan feliz que no me dijeron dos veces cuando ya estaba trabajando en ello.

Continuará...

AlexanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora