Carta no. 6

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No sé por qué decidí seguir escribiéndote estas cartas que al final tú nunca verás, creo que de esta manera jamás podré lograr desprenderme de ti, pero a la misma vez siento que mejor debo seguir escribiéndote mientras sigas en mi corazón; creo que cuando todo cambie cerraré todo quemando todas y cada una de estas cartas... eliminando así todo rastro de sentimiento hacia ti. Sabes, me duele el corazón a como no te lo imaginas, pero ¿qué se le puede hacer? Ese es el resultado de intentar ganar en una batalla en la cual ya estaba destinada a perder desde que entré.

Haz cambiado tanto como yo, pero la diferencia es que tú ya perdiste toda esperanza en esta vida, y eres solo como un cascarón vacío que solo sigue la corriente. No sé qué es lo haya pasado contigo en estos años que no estuve junto a ti, no sé en qué momento lo perdiste todo, y aunque creas que sólo tú sabes lo que se siente, temo decirte que estas muy equivocado; puede que solamente sea tu amiga de la infancia, tu hermanita o lo que sea... pero me duele muy en el fondo verte de esa manera. Lo que más deseo es poder ayudarte, sacarte de esa oscuridad, ser capaz de sacarte una sonrisa verdadera y no una mueca de la misma, pero... yo no soy la persona indicada; y está bien, yo lo sé perfectamente... y porque no sé me es inevitable no sentirme inútil y solo un estorbo para ti.

Desde pequeña siempre dije que no iba a caer como las chicas enamoradas que veía tan tristes por las calles, pero creo que por eso dicen que es mejor no hablar mientras tengamos cola que nos pisen; terminé siendo tan estúpida o incluso más que ellas.

Creo que de todas, esta ha sido la carta más pequeña que he escrito pero, no tengo más que decir... incluso comienzo a sentirme desinteresada a la escritura, cuando obviamente es una de mis mayores pasiones. Temo lo que pueda pasar en el futuro y eso que ni siquiera llego a pensar en mi propio porvenir. Temo que todo llegue a quebrantarse antes de lo que yo misma esperaba.

Esperando que un día logres la felicidad que te mereces, te escribe.
Rita.

AlexanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora