Tengo miedo, no sé si aprovechar esta oportunidad y acabar de una maldita vez, pero... mi corazón no quiere dejarte. Sé que en el momento que encuentre las agallas de enterrar todo e intentar avanzar, me dolerá cada parte de mi alma... nadie dijo que amar fuese fácil. Al parecer soy todavía una niñita tratando de salir a flote en este caos llamado vida; todo se me ha hecho tan complicado en los últimos años y casi no me quedan fuerzas para nada, siento como si hubiese pasado años luchando y luchando. La universidad, mi familia, mi trabajo, mi salud y ahora tú.
Sabes Alex, Idalia tenía razón, nunca debí haber vuelto a escribirte y menos cuando recién había terminado tu relación con Guadalupe. Mi corazón tan idiota se iba a ilusionar, que ingenua fui cuando juraba y per-juraba que eso no iba a pasar, que tenía muy en claro a quien amabas... que estúpida e ingenua fui.
Aunque sé perfectamente lo cobarde que soy debo hablar; por ello decidí llamarte. Incontables fueron las veces en las que marqué tu número y siempre terminaba borrándolo todo, tenía miedo; era absurdo lo que iba a hacer, eso era obvio dado que nunca me has tocado el tema desde el momento en que te enteraste de mis sentimientos pero, tu amabilidad y gentileza para conmigo ha causado grandes estragos hacia mi pobre corazón cansado.
Subí hasta la terraza de mi casa con teléfono en mano y me senté al borde del balcón... a como solía hacerlo cada noche cuando apenas tenía 11 años con la esperanza de ver una estrella fugaz y pedirle de corazón poder volverte a encontrar. Que inocencia la mía de ese entonces. Marqué una vez más tu número y esta vez sí conecté la llamada... estaba muerta de nervios y ansiedad y fue peor una vez tú atendiste mi llamada; era normal que te extrañases dado que nunca suelo llamarte, toda la vida solo hemos estado enviándonos mensajes. Traté de controlarme, que no se notara mi tensión pero era obvio que era demasiado evidente para ti, me conoces mejor que nadie... pasaron casi 5 minutos donde solo puras estupideces decía, entiéndeme, estaba a palabras de casi matar a mi corazón junto a mis sentimientos.
Mis ojos comenzaba a sentirlos húmedos y mi voz comenzaba a tornarse temblorosa, soy un desastre, ni eso puedo hacerlo bien... quería que no lo notases, que no le tomases importancia y por lo visto entendiste mi mensaje o eso quiero pensar ya que no me preguntaste la razón de ello (o puede que simplemente no te importe), la razón que fuese ya daba igual y era mejor así; sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a salir por si solas, que patética me he de ver sinceramente.
Antes de saberlo, ya había pronunciado las palabras que tanto miedo me causaban dentro de este huracán y tormento. "Olvida mis sentimientos por ti, por favor" mi pecho me oprimía, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos y mis débiles sollozos comenzaban a percibirse, mi respiración se escuchaba muy agitada y el corazón me latía a mil por hora... tú solo te quedaste en silencio como si tratases de comprender lo que acababa de decir y encontrarle sentido alguno.
Al final te fuiste por la tangente...
Pero yo tenía algo muy en claro, aquí moría todo. Realmente había decidido muchos años atrás concentrar mi vida en mis estudios, en mi familia, mis amigos, mi trabajo, mis sueños y metas; todo con el fin de no agobiarme ni martirizarme la vida enamorándome, muchos me han dicho que quien se enamora pierde... ahora entiendo a lo que se referían. Odio este maldito sentimiento, odio tener que estar sufriendo en ese momento a causa de ello, me odio a mí misma por estar llorando mientras miro al cielo y pidiendo a gritos desde mi alma que me arranquen los sentimientos de una maldita vez.
Creo que ni siquiera te había dejado hablar al final, pero ya no lo soportaba más. Terminé explotando en un mar de llanto y dolor. Quizás asi todo lo que he reprimido salga de mí y quizás así pueda encontrar las fuerzas para seguir. Estaba agotada, con el alma quebrada y con la única ilusión de seguir avanzando sobre un camino de cristales rotos.
Como deseaba estar en brazos de Laura o Idalia en estos momentos...
Pasé toda la noche acostada en mi cama llorando hasta que finalmente me quedé dormida.
A la mañana siguiente no fui a trabajar. Apagué mi celular y me quedé encerrada en mi habitación sin siquiera atender al llamado de mi madre; no quería que me viese en ese estado tan lamentable. Solo quería un alivio.
Me duele el alma.
Rita, la chica que siempre te amó.
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Alexander
Lãng mạnAdmito que ésto ya lo sabía, sabía que pasaría y por más que intenté durante muchos más años de los que esperé, al final no pude más. En verdad lamento todas las molestias que llegue a causarte, Alex. ~SEGUNDA TEMPORADA DE CARTAS PARA TI~ Historia b...