Mineta Minori es un ser atroz, el terror para todo hombre que este dentro de su radar.
Cuiden sus espaldas y sus gansos que Mineta no sabe que es esa cosa tan extraña llamada privacidad.
❁Mineta! Fem
❁Palabras malsonantes.
❁Intento de comedia
❁Mucha...
Ser estudiante de la UA, no era fácil. Eso era algo tan obvio como saber el porqué Endeavor sería un segundón hasta el final de sus tiempos —o eso se creía—; pero podía asegurar que todos los ataques de villanos, entrenamientos del infierno y pasar noches en vela por los exámenes extensos, valían la pena.
Oh sí, por las redondas nalgas de All Might, valía la pena.
Cada jodido segundo en la UA era estar en el paraíso, ¿Acaso alguna de sus compañeras de escuela media podría jactarse de tocar el trasero del Símbolo de la paz? ¡Claro que no! ¡Jaja! ¡Pobres estúpidas!
Ella disfrutaba la vista de los cuerpos esculpidos de sus compañeros; Kirishima con sus abdominales perfectos, Midoriya con su rostro de bebé pero con cuerpo de infarto, Todoroki siendo un ikemen fiel a la definición, Bakugou con sus pectorales y pezones que daban ganas de manosear hasta el amanecer o también...
No podía seguir, hablar de tanta hermosura haría que se quedará sin aire. Se sentía simplemente excitada con el hecho de compartir salón con ellos, ¿Qué había hecho para merecer tanto? Sin duda, diosito le compensaba por no darle un cuerpazo matador para conquistar a todo hombre que se le cruce.
Su baja altura y la ausencia de grandes pechos la hacían ver como una niña pequeña, aunque tenía esa imágen ningún lolicon se le ha acercado hasta el momento. Sentirse inferior y tan patética le había causado conflictos internos en el pasado, pero ahora gracias a la meta que tenía, estaba más que segura que lograría tener más de mil novios.
Sería la mejor heroína, la más sensual y reconocida por hombres hermosos con buenos traseros. Esa era su meta, pero faltaba mucho para eso.
Ahora se prepara para ese gran futuro, y por ello antes de llegar al final del túnel, seguiría deleitándose con el porno y disfrutando del tiempo de calidad con sus amigas.
—Minori-chan, ¿No vienes?
—¡Claro que voy, Tsuyu! —bufa Mineta corriendo en dirección a Asui.
Aunque no se lo decía seguido a sus compañeras, también estaba feliz de conocerlas a ellas.
Estar en UA, era maravilloso.
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Maravilloso un cuerno.
¿Por qué? ¿Qué te he hecho, sugar daddy? ¿Es por la vez que preferí a Midoriya en vez de quedarme a ayudarte con tus montañas de papeleo? ¡Pues lo siento, Aizawa-sensei! ¡Pero hacerme esto es jugar sucio!
—Deja de llorar, Mineta-san —pide Yaoyorozu con voz serena, su pequeña amiga no paraba de sollozar luego de que Aizawa designara los equipos y no la dejara ser pareja de algún chico.
—¡Es que esto es tan injusto, Momo! ¡Quería tocar el cabello sedoso de Aoyama desde esta mañana! —chillaba decepcionada y tan alto que todo el salón escuchó sus palabras.
