- CUATRO -

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   4:                                                                   

 "Hey, Hannah" Mi profesora de danza me saludó, se encontraba en la esquina del salón, justo a lado de la grabadora, abrochando sus zapatos.

"Hola Caroline" Sonreí, colocando mi pequeña bolsa morada sobre la banca de madera, saqué mi botella de agua de está y tomé un pequeño trago.

Incluyendome, había cuatro chicas en el salón, apróximadamente de mi edad aque elnas habían iniciado su curso de danza. Yo bailaba desde que podía sostenerme sobre mis propias piernas, así que practicamente ayudaba a las otras chicas. Todas las clases, primero calentabamos para así evitar lastimarmos, y después comenzabamos con la danza, lo cual yo calificó como arte, definitivamente bailar es un arte. Mi arte en la cual era realmente buena. Estaba orgullosa de mí misa, pero a veces me decepsionaba un poco, porque, en mi opinión, no tenía otros talentos, más que el de bailar. Es por eso que diario practicaba para hacerlo mejor y mejor.

"Muy bien chicas, vamos a empezar con la canción 'Gentlemen'." Caroline anunció, haciendo que todas nos colocaramos en nuestras respectivas posiciones, le pusó play a la música, y casí pudé sentír como el piso comenzaba a vibrar.

Todas comenzamos a bailar al ritmo de música, haciendo temblar el piso del salón.

(...)

"Adiós" Me despedí de Caroline mientras sujetaba mis cosas, ella copió mi gesto y me regaló un sonrisa.

Me despedí de todas las chicas, y me dirigí hacia afuera, el aire frió del exterior chocó contra mi pecho haciendome temblar. Comenzé a caminar por el camino que tomaba siempre para dirigirme a mí casa, pero cambié ligeramente la ruta, para evitar tomar la calle, en dónde... Bueno, digamos que en esa calle tuve muy mal suerte el viernes pasado. Tomé otra calle diferente, aunque cualquier persona hubiera pensado que el camino que tomé es aún peor. Caminé a lado de una vieja fábrica, que terminaba en el extemo opuesto de dónde se encontraba mi casa.

Ya que no había ningunas luces encenidas, el camino se veía mucho más obscuro y siniestro de lo que esperaba, sentí un escalofrio recorrer todo mi cuerpo, haciendo que dejará salir un suspiro en señal de frustración.

Sujeté mi bolsa morada con más fuerza y traté de controlar mi respiración, tomando profundas bocanadas de aire.

"Mierda" Escuché a alguién maldecir a lo lejos.

Abrí los ojos con sorpresa y corrí para esconderme contra la gran pared que le daba la espalda al gran edificio. Un sólo pensamiento se encontraba en mi mente: Huír. Pero mis pasos hubieran llamado la atención de cualquier persona que estuviera cerca de aquí. No quería toparme con ningun otro criminal y menos bandas de chicos locos y rudos. Así que me deslizé sobre la gran pared y permanecí en silencio.

La fábrica había estado cerrada por años, o por lo menos Maisy me lo dijó. Su padre tenía un trabajo ahí, pero en el 2009 anunciaron que cerrarían el edificio y todos los servicios que esté proporcionaba. Aunque nadie supo exactamente porque cerrarón la fabrica de manera tan repentina.

"Mírame hermano" Escuché una segunda voz.

Maldición, debí de haberlo sabido, este rumbo era perfecto para criminales y bandas criminales.

The Danger's Eyes || h.s/ tran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora