You're my Sunshine || FlutterDash

Capítulo 12. Máxima Seguridad.

Resumen de los capítulos anteriores:
●Applejack sale de prisión con ayuda de Rarity.
●Se descubre la antigua amistad entre Twilight, Applejack y Rainbow Dash.
●Discord fue quién envió a Straight a dañar a Dash.
●Straight es asesinado por Rainbow después de violar a Fluttershy.
●Pinkie y Twilight entablan una pequeña amistad.

●Rainbow es enviada a Máxima Seguridad por Shining Armor.

-☆-

Me lanzaron dentro de la parte trasera de una minivan, con las manos esposadas golpeé la puerta, pero fue completamente inútil, me senté en una barra de metal que estaba a un costado y dejé caer mi cabeza entre mis rodillas.

― Perdóname... Fluttershy... ―sollocé―. Todo esto es mi culpa...

Después de unas horas llegamos hasta un aeropuerto cercano a la prisión. La luz que atravesó la puerta del auto derritió mis pupilas. Bajé a duras penas mientras abría y cerraba los parpados para quitar las lucecillas que lastimaban mis ojos llorosos.

Había tres filas de reclusas esperando abordar el avión. Me colocaron al final de la primera fila, detrás de una mujer pelirroja.

― ¿Van a subirnos a eso? ―preguntó una mujer de cerca de unos treinta años, en la segunda fila―. ¿Junto con todos los pasajeros?

― Sí, ¿no es genial? ―respondió otra sarcásticamente―. Será mi primer viaje en avión, estoy tan emocionada. ―puso mala cara y después se dio la media vuelta.

― No nos subirán con los pasajeros. ―dije sin mirarla―. Nos subirán con ellos. ―señalé con la mirada a otras tres filas junto a nosotras, pero esta vez de reclusos.

La mujer tragó saliva.

― P-Pero son hombres... h-hay violadores y asesinos ahí... ―tartamudeó.

Solté una carcajada.

― También las hay aquí. ―respondí―. No creerás que son santas por ser mujeres, ¿o sí?

Uno de los guardias pasó junto a nosotras, mirándonos severamente por el ruido que estábamos causando.

La mujer comenzó a temblar mientras lo miraba alejarse.

― ¿Quieres un consejo? ―la llamé―. No los mires a los ojos, estos guardias no son como los de tu prisión, ellos no se tientan el corazón, ellos te ahorcarían si fuera necesario.

― Sabes mucho para ser una novata ―mencionó la mujer sarcástica de antes―, ¿has estado en Máxima Seguridad?

― Más de lo que quisiera.

El pitido del silbato del oficial en la puerta del avión nos interrumpió. Las filas comenzaron a avanzar hasta subir a la gran máquina alada.

Dentro sólo podían divisarse ocho filas de asientos, cuatro de un lado y cuatro del otro, separadas por un estrecho corredor.

Nos llevaron hasta la cola del avión, sentándonos unas junto a otras, esposándonos al asiento delantero de cada fila.

Miré hacia el frente, uno de los reos de la prisión masculina volteó sonriéndome mientras tronaba los labios. Alcé el dedo medio de mi mano derecha y le lancé una seña sonriendo torcidamente. Frunció el ceño y apartó la mirada.

Solté un gran suspiro y me dejé caer sobre el asiento, podía sentir como mi corazón galopaba, no podía creerlo, de nuevo me dirigía hacia aquel infierno, justo cuando por fin había encontrado una razón para dejar de hacer estupideces.