2 de mayo

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Alejandra despertó para ir al colegio y aunque no tenía ninguna prueba ese día, sentía un dolor de estómago que asimiló al dolor que sentía cuando tenía nervios. Se sintió un poco confusa, ya que no encontraba una explicación a su malestar. Se levantó en silencio y le avisó a su hermana que ya era hora de despertar. Acto seguido entró al baño y se lavó la cara, se miró al espejo y dentro de su mente pensó -hoy veré a Ignacio nuevamente-. Abrió la llave del lavamanos y volvió a enjuagarse la cara. Al terminar de secarse la cara, abrió la puerta del baño para salir de el y se dijo -Ale, tienes que calmarte. Ese niño ni siquiera te gusta- y salió de ahí.

Cuando el papá de ambas las dejó fuera del colegio, Alejandra y Alexandra se econtraron en la entrada con valentina, quien las saludó de muy buen ánimo.

—Hola niñas, ¿cómo están?

—Hola Vale, estamos bien, aunque yo tengo un poco de sueño. ya me está costando levantarme jaja— dijo Alexandra mientras sonreía de forma burlesca.

—La verdad es que a mí también— dijo Valentina—pero yo tengo la suerte de vivir más cerca que ustedes del colegio, lo siento chicas. 

Entraron al colegio y notaron que fuera de la sala estaba Alex, quién tenía puestos los auriculares, pero de inmediato notó la presencia de sus amigas acercándose a la sala de clases.

—Hola niñas, ¿qué tal estuvo ese feriado? 

—Pues nada fuera de lo normal— dijo Alejandra sin interés—¡Solo que logré entablar una conversación con ya saben quién en facebook!— agregó entre risas y miradas coquetas.

 —¿Lograste hablar con ese niño? ¿y qué te dijo?— preguntó Valentina con mucha curiosidad.

En ese momento, tocaron el timbre que avisaba la entrada a clases y que eran las 8 en punto. Las amigas se formaron en la fila para entrar a la sala y se ubicaron en sus asientos. La primera clase era de inglés con la profesora jefa del curso y cada una de ellas sabía que era el momento perfecto para poder hablar sobre lo que habían conversado Alejandra y el niño de cuarto a quien le quedaba poco para salir del colegio. Sin embargo, antes de poder hablar de ello, debían esperar 10 minutos, los cuales se ocupaban para leer y que eran obligatorios respetar. Después de estar todos instalados, la música de fondo para leer sonó —la canción Sentimental de Kenny G comenzó, luego lo hizo Paradise y finalmente Forever in love—.

La música se detuvo y las chicas guardaron sus libros para luego sacar el cuaderno de inglés y prestar atención a las instrucciones de la profesora. Alejandra miraba por la ventana y pensaba que en cualquier momento en que se topase con Ignacio dentro del colegio, este la iba a saludar y quizás ella no sabría cómo reaccionar.

La profesora entregó una guía a los alumnos del curso e indicó que tenían toda la clase para realizarla. Entonces Alex y Valentina se dieron la vuelta hacia atrás y preguntaron.

—¿Qué hablaron? ¿fue simpático o pesado contigo?¿quedaron en salir?, ¡cuéntanos! 

—Calma chicas— les dijo Ale— no pasó nada fuera de lo normal. Solo hablamos un poco, creo que sí me había visto antes en el colegio y me preguntó si era una de ''las gemelas'' y pues nada muy importante aparte de eso.

—¿Qué? ¿y no hablaron nada más?—preguntó Valentina un poco confusa. 

—Osea sí hablamos un poco más, pero nada relevante— dijo Ale en tono de angustia— Aunque si hubo algo importante. Me dijo que cuando me viera en el colegio, me iba a saludar.

—Esperemos que lo haga— dijo Alexandra— ojalá que no salga con cosas raras y después no te salude.

—Estoy segura que lo hará— dijo Vale— tú tranquila.

Todas comenzaron a reír y se miraron con mucho entusiasmo. Alejandra sonrió, miró por la ventana y luego le dijo a sus amigas que terminaran rápido la guía o si no, la profesora no las dejaría salir a recreo.

Cuando lograron terminar la guía, la entregaron a la profesora y solo cinco minutos después el timbre del recreo sonó. Todas dejaron ordenadas sus cosas y luego salieron ansiosas para ver qué sucedía entre Alejandra y aquel chiquillo de último año. Bajaron las escaleras hasta llegar al primer piso y se sentaron fuera del casino para poder observar a los niños de cuarto medio. Allí, comenzaron a salir diversos niños, pero no había rastro de Ignacio. Pasaron un poco más de cinco minutos y luego por fin salió. Iba acompañado de otros tres niños y se dirigían hacia el casino. Alejandra sintió cómo su corazón se aceleró  repentinamente y buscó algo que hacer para que aquel niño no se diera cuenta de que ella estaba pendiente de cada paso que él daba. Entonces,  cuando Ignacio se acercaba a Alejandra y la vio, la miró durante unos 3 segundos (los cuales fueron una eternidad para Ale) y ésta le sonrió, esperando que él la saludara. Sin embargo, Ignacio siguió avanzando con sus compañeros y finalmente no la saludó. Alejandra sintió un malestar que le recorrió todo el cuerpo y una decepción que pensó que no se le podría pasar jamás. Entonces miró a sus amigas y cada una de ellas la miró con una expresión de preocupación.

—¿Qué es lo que acaba de pasar?— preguntó Alex mientras abrazaba a su amiga Ale.

—No lo sé, pero se sintió bastante mal— respondió Alejandra mientras cerraba los ojos para evitar pensar en lo que había pasado.  

Crónica de una mujer enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora