10 de mayo

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Alejandra no dejaba de pensar en lo que había pasado el primer día que logró ver a Ignacio en el colegio. Ella se preguntaba por qué no la había saludado. Estaba ahí, frente a él e incluso le había sonreído para que el joven no la confundiese con su hermana. Pero aún así, no la saludó. Desde aquel día habían transcurrido unos cinco en donde solo le había visto 3 (ya que al parecer, prefería quedarse dentro de la sala) y los otros dos habían sido de poca duración donde solo se había limitado a salir de la sala por no más de cinco minutos a observar a su alrededor y luego entraba. Ale pensó que quizás él no quería que lo molestasen en el colegio y prefería mantenerlo en secreto, así que por el momento se resignó. Sin embargo, se le ocurrió preguntarle directamente a él cuando volvieran a hablar por facebook el por qué lo había hecho.

El día viernes era lo mejor que podía existir. Solo debían asistir al colegio hasta la una de la tarde y luego tenían todo el resto del día para disfrutar, o si es que desde el colegio le mandaban tareas o trabajos, hacerlos. Sin embargo, Alejandra quería relajarse y le propuso a la niñas una idea.

—Niñas, quiero despejarme un poco del colegio, ¿les parece si nos juntamos a ver una película y nos comemos o tomamos algo?

—Sí, me parece una buena idea— dijo Valentina sonriendo.

—A mí también me parece, si quieren, podemos ir a mi casa— agregó Alex.

—Creo que es perfecto— dijo Alexandra.

Las horan pasaron y finalmente el timbre de salida sonó. Cada una de las amigas arregló sus cosas y salieron todas en conjunto. Bajaron las escaleras desde el tercer piso hasta llegar al primero e ingresaron al baño. Cuando ya cada una hizo lo que necesitaba hacer allí, salieron y entonces Alexandra miró por el pasillo para observar la salida de los estudiantes de cuarto. Allí se percató de que Ignacio iba saliendo en compañía de dos chicas —las que al parecer eran sus compañeras de curso o amigas—. Entonces les avisó a sus amigas.

—Niñas, miren.

—¿Qué pasa?— preguntó Alejandra.

—¿No es ese el niño que habla contigo?¿el que se llama Ignacio?— preguntó Valentina confundida.

—Sí, es él— respondió Alejandra un poco molesta.

 —Parece que esas dos niñas son sus amigas— dijo Alex intentando mirar más de cerca a los tres.

Las cuatro amigas caminaron hacia la entrada para ver si el joven seguía con sus amigas, pero ya no había casi nadie allí. Solo algunos niños pequeños esperando a que sus padres los retiraran del colegio. 

Sin darle mucha importancia, las amigas salieron del colegio y caminaron hasta que llegaron a la casa de Alex, la cual estaba ubicada a un costado del estadio Francisco Sánchez Rumoroso. Allí, detrás de las rejas, vieron a su perrito quien comenzó a dar grandes saltos mientras ellas se acercaban a la casa.

Después de entrar, Valentina puso la película que tenían pensada ver  —la película era Footloose con Kevin Bacon, aunque luego de probarla mil y una veces, la película no funcionó. Dado que luego de varios intentos la película no se pudo reproducir, Alexandra propuso poner música en Youtube mientras conversaban temas que les resultaran interesante. Alex se acercó a la cocina, buscó algunas botellas de mistral ice y unos paquetes de suflitos (papas fritas, ramitas, doritos y chesters); los dejó caer sobre distintos platos y los llevó donde estaban las demás.

—Voy a poner una canción y espero que les guste— dijo Alexandra con una risa tímida.

Se acercó al computador de Alex y buscó Youtube en la web. Tecleó rápidamente y la canción comenzó a sonar. Al principio Alejandra no la reconoció, sin embargo luego de unos segundos de avanzar, supo cuál era. Era How can i fall de Breathe, una de sus canciones favoritas debido a su melodía y letra. La voz comenzó give me time to care the moments here for us to share... 

Crónica de una mujer enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora