24 de mayo

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Alejandra despertó de repente y miró la hora en su celular. Eran las 6 de la madrugada. Notó que algo estaba sonando y entonces se dio cuenta que la radio en su celular había quedado encendida. Intentó dormirse nuevamente, pero no pudo, así que prefirió seguir escuchando la radio hasta que tuviese que levantarse para ir al colegio. La radio pasó diversas canciones, entre ellas Tell Her About it de Billy Joel y A Good Heart de Feargal Sharkey, canciones que eran del gusto de ella. Entonces llegó la hora. Se levantó y se dirigió a la pieza de su hermana. Allí la despertó y le dijo que ya era tarde, que sería mejor que salieran más temprano para así evitar los tacos en la mañana.

Después de que el padre de ambas las dejara cerca del colegio,las chicas notaron que faltaban cerca de 5 minutos para que sonara el timbre de entrada. Corrieron hasta llegar a la entrada y justo se toparon con Valentina, quien también iba apresurada temiendo llegar tarde.

—Hola niñas, parece que vamos tarde.

—No, tranquila — respondió Alexandra—. Todavía nos quedan unos minutos. 

—Claro, entonces apurémonos jaja. 

Mientras la campana sonaba, las tres entraron juntas al colegio y cuando estaban por entrar a la sala de clase, Alejandra volteó a ver si estaba Ignacio en alguna parte, pero no lo encontró. Lo que sí notó fue que Alex venía corriendo desde la entrada del colegio y le hacía señas para que la esperara. Alejandra sonrió y esperó a su amiga.

—Gracias Ale— le dijo Alex entre jadeos—. Tú sabes que después cierran la puerta de la sala.

—No te preocupes Alex, de todos modos me iba a quedar esperando a que aparecieras.

El profesor llegó a la sala de clases y como cada día, les pidió que sacaran el libro para avanzar con la lectura que pronto sería evaluada. Alejandra agradeció que fuera día viernes, ya que se sentía muy cansada. Entonces comenzaron a sonar las canciones de Kenny G para acompañar la lectura. Alejandra sabía que eran de él y en parte la relajaban muchísimo, así que sacó su libro y finjió leer, pero en vez de hacerlo, se sumió en sus pensamientos. En ellos se encontraba Ignacio, ese chico que tan agardable le parecía. Los minutos pasaron rápidamente y la clase se le hizo una eternidad. Solo pensaba en salir rápido a recreo para ver si lograba pillar a Ignacio en el patio y así conseguir que la saludara. Cuando al fin pasó la hora, salió rápidamente y buscó por todos lados, sin embargo, no lo vio. Alexandra, Valentina y Alex venían detrás de ella y quisieron saber por qué Alejandra había salido veloz de la sala de clases.

—¿Pasó algo Ale? — preguntó Valentina con preocupación.

—No niñas, no se preocupen, no es nada.

Resignada Alejandra se dirigió hacia el casino cuando Alexandra le avisó.

—Mira, ahí está tu amor.

Alejandra volteó rápidamente, sin embargo, Ignacio no la miraba. De algún modo, ella sentía que él la estaba ignorando en el colegio. Jamás la había saludado y ahora ni siquiera era capaz de dirigirle la mirada, le parecía tan desagradable aquella situación.

—Sí, al parecer no me quiere saludar, pero de todos modos no importa— dijo Alejandra mirando a sus amigas con una pizca de disgusto en la voz.

La 1 de la tarde llegó y al fin las amigas se sintieron libres. La semana había terminado y ahora tendrían el fin de semana para descansar y también estudiar para las evaluaciones que ya se venían. 

Cuando las hermanas Ale y Alexandra llegaron a la casa, Ale revisó su celular y notó un mensaje de Facebook. Cuando lo revisó, quedó sorprendida y a la vez feliz. Era de Ignacio y la estaba invitando a salir en la tarde. Alejandra subió a su pieza y le contó a sus amigas por Whatsapp.

Crónica de una mujer enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora