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Rosa

Llegué a casa bastante tarde, como de costumbre, mamá ya no me decía nada y eso me tranquilizaba porque confiaba en mi, o bueno, eso creo.
-Hola, mamá- salude mientras dejaba mi mochila en el sofá y me dirigía a la cocina. Ella me contestó con un simple "hola" de igual manera.
-¿cómo te fue en la escuela?- pregunto mientras encendía un cigarrillo- bien, creo...tengo un reporte- le dije indiferente, el reporte me daba igual- ¿ahora que hiciste?- me miro sería desde donde estaba sentada y yo salía de la cocina con un vaso de agua- el maestro llegó tarde, me harte y me sali- me encogi de hombros y seguí bebiendo- Rosa, ya te he dicho que no hagas eso- habló molesta- lo sé pero no pienso perder mi tiempo en esperar que termine de aprovecharse a mis compañeras en los baños- le contesté molesta mientras tomaba asiento en una silla del comedor- recuerda que una más y te van a expulsar- me miro amenazante- si, si mamá- me puse de pie y me fui a mi habitación aún con el vaso en mi mano derecha.
Entre a mi cuarto y deje el vaso en mi escritorio, me deje caer en la gran cama con sábanas negras y me quite las botas con ayuda de los dedos del pie. Quede en ropa interior, me senté en la orilla y mire unos minutos más mi móvil para luego ir a ducharme.

Al otro día - 6:00 A.M.

Los rayos del sol apenas empezaba a salir, hacía frío, era bastante relajante mientras caminaba con mi larga gabardina color negro, mis botas tipo militar y mi gorro Dolce Gabbana del mismo color

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Los rayos del sol apenas empezaba a salir, hacía frío, era bastante relajante mientras caminaba con mi larga gabardina color negro, mis botas tipo militar y mi gorro Dolce Gabbana del mismo color.

Los rayos del sol apenas empezaba a salir, hacía frío, era bastante relajante mientras caminaba con mi larga gabardina color negro, mis botas tipo militar y mi gorro Dolce Gabbana del mismo color

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Llegué a la escuela y mi grupo de amigos ya estaba ahí, les sonreír y me acerqué, bromeamos por un rato hasta que tocaron el timbre de entrada.

Estaba sentada con una cara de pocos amigos, con los brazos cruzados y ese tintineo de mi pierna.
La maestra estaba explicando todo mal y para colmo tenía ganas de ir al baño. ¿Porqué no iba? Ella no me dejaba.
Me levanté y salí del salón sin pedir permiso, era urgente ir al baño.
Cuando regrese ella me miro molesta y me dijo.
-Que sea la última vez que te sales de mi clase sin avisar- la mire sería y la ignore llendo a mi silla, cuando volvió a joder- ¡te estoy hablado!- me gritó y yo sólo la seguía ignorando hasta que se acercó a mi mesa y azotó fuertemente su mano en el plastico duro- ¡contesta!- amenazó, sólo le sonreí cínica- ve a la dirección, tienes reporte- sólo asentí y salí del salón en silencio.

Después de mi reporte y unos cuantos sermones de casi dos horas, termine y ahora volvía a casa.
Mientras caminaba, analizaba mi alrededor. ¿Porqué todo es tan extraño?...las personas, las cosas...la vida.
Por momentos me pregunto si sólo yo soy la única que se detiene a cuestionarse sobre sus problemas o incomodidades, la adolescencia es difícil pero a la vez no, es tan confuso.
Eres feliz un día y al siguiente quieres morir.
A mis 17 años creo que he vivido mucho menos que mis compañeros de clase e incluso mi pequeño grupo de amigos. Pareciera que fuera la típica rebelde o algo así pero no, simplemente odio las injusticias y...las inpuntulidades.
Los profesores y todo el personal que tenga que ver con adolescentes, al parecer no nos comprenden del todo a pesar de que ellos ya fueron  jóvenes. Es cierto, la disciplina es necesaria en nosotros pero también queremos vivir nuestra juventud a nuestra manera y no ser controlados de tal manera como ellos lo hacen.
La juventud es la edad del descubrimiento y de la  madurez física y emocional, es más fácil para algunos descubrí y ser descubiertos pero otros como yo, nos cuesta mucho saber quienes somos y a que venimos.

La palabra rara o extraña es con la que me puedo definir, si, yo me considero una persona así pero tengo algo que la mayoría no, fuerza. En el sentido que soy fuerte ante los insultos, chismes y esas mierdas, soy quien soy.
Aún que aveces dudó...
Pero mi lucha contra los estereotipos es muy grande, basta de que el nerd lleve gafas, sea feo y débil.
Que la gótica/o sea depresivo, suicida o esas cosas.
Ellos pueden vestir de negro y ser muy alegres o pueden ser muy guapos y tener una inteligencia impresionante.
Yo soy una mezcla de tantas cosas, de muchos estereotipos.
Uso gafas, ropa de marca, tiño mi cabello de colores muy brillantes, visto de ambos sexos, pinto, dibujo, escribo, se callar, se bailar, uso joyas y, si, todo mundo lo usa o lo hace pero no de la misma manera.
Y se que te preguntarás ¿eso que te hace rara? Mi inteligencia e ira.
Tengo una inteligencia enorme y una ira de igual manera, tantos reportes y muy buenas notas no son cualquier cosa.
Prefiero quedarme en casa con el móvil y el portátil que salir y poner en riesgo mi vida.
Mamá me deja tener novios, usar maquillaje, vestidos, ir a fiestas, llegar tarde y la mayoría de cosas que hacen lo adolecentes...yo no lo hago, bueno, solo llegar tarde pero eso es aparte. Todos desean una madre así, lo sé, pero ella me pone a prueba.
Si voy de fiesta, ella espera hasta que llegue para revistar mi estado aún que confíe en mi, es cuando toma en cuenta el alcoholismo y tabaquismo que hay en mi, como cualquier otra persona que lo consume.
Ella sabe que si yo llego ebria es por algo no sólo por diversión.

Esa mujer es casi, literal, una bruja.

I am weirdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora