Rosa Casablanca y Jessica Barden eran la pareja más linda y tóxica que algún día pudiste conocer.
Rosa era el ser más problemático en cuanto su estado mental y sentimental.
Jessica una chica dependiente y sumisa de su novia.
Rosa y Jessica eran una...
Había pensado tanto las cosas y estaba equivocada, fue un error tan tonto el que cometí. Hacer que Rosa fuera a bailar conmigo a base de celos fue bastante inmaduro y hasta cierto punto ridículo. Hoy me llene de valor y fui a su casa, estaba parada enfrente de su puerta, toque y su mamá me abrió, salude y pregunte por ella como era siempre mi costumbre. Mientras iba caminando llena de miedo por el pasillo hasta su habitación, toda una película paso por mi mente. ¿Qué tal si ella ya no me quiere? ¿Me seguirá queriendo como antes?. Todas esas preguntas pasaban por mi mente, me sentía tan torpe. Toque y ella me abrió, estaba más alta, su cabello recién cortado y sus ojos, como siempre, ojerosos y cansados. Ella estaba de pie, esperando algo de mi y lo primero que dije fue estúpido, ¡pero estaba nerviosa y muerta de miedo!. -Hola, Ro...sa- murmure- Hola, Jessica- Dios mío, desde hace cuanto no escuchaba mi nombre salir de su hermosa voz- yo...yo...yo vengo a disculparme, yo...- me interrumpió- Jessica- ella habló pero yo fui más rápida y hablé- ¡no!, ¡no, no! ¡yo tengo que disculparme! Yo, yo lo siento, enserio, perdóname, por favor, yo...-volví a ser interrumpida pero ahora por sus brazos en mi cuerpo, estaba en mi hogar nuevamente. -Te perdonó- susurró en mi oído mientras me abrazaba más fuerte. Que bien se sentía volver a tu hogar.
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