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-¡TaeTae!-. HwaJung no podía encontrarlo aún después de 10 minutos, estaba comenzando a cansarse.-¿Dónde estás? Me rindo, sal ahora.

Se dirigió a la cocina por un vaso de agua, las escondidas nunca habían sido su juego favorito y menos ahora que llevaba perdiendo 4 veces seguidas.

Decidió esperar a que el tonto de su amigo saliera de su escondite, eso hasta que lo vió dormido en el pequeño espacio que había entre la puerta y la pared. Debía ser una broma.

-¡Kim TaeTae!-. Le gritó con todas sus fuerzas al oído.

-¡Mamá!-. Gritó a punto de llorar.

El pequeño niño de 8 años estaba tan asustado que olvidó que su mamá estaba trabajando a esa hora y no podría rescatarlo de aquella niña fea que reía a carcajadas.

- Jajajaja debiste ver tu cara TaeTae -. Decía ella echa un ovillo en el suelo gracias a la risa que tenía.

- Ja ja , dibiste vir ti cari -. Contesto haciendo muecas que solo contribuían al ataque que tenía HwaJung. - Ya no te voy a querer Jungie... y tampoco te voy a llevar con nosotros a los juegos -. Dijo refiriéndose a aquellos fines de semana donde SaeRa, la mamá de Taehyung, los llevaba al parque que quedaba cerca de sus casas.

- ¿Ah si? -. Contestó y se puso de pie, paró de reír cuando el mencionó los juegos. - Pues yo te quiero menos que tú a mi, y ya nunca te vas a quedar conmigo a dormir, y ya no te voy a dejar que abraces a mi pequeño Doby, y tampoco te voy a querer y... -. Le tomo unos segundos encontrar otra cosa para molestarlo. - Y... y ya no te voy a dar besos

- No me importa Jungie -. Le dijo sacando la lengua.

-Pues a mi no me importa tampoco TaeTae -. Después de decirlo se volteó para no verlo.

-Pues a mi menos que a ti -. Ella enseguida se volvió a poner de frente a él, indignada.

- Que no, a mi menos que a ti para siempre -.

- ¡No, a mi menos!-.

- A mi menos y punto final -. Volvió a voltearse y se tapó los oídos para que no tuviera oportunidad de defenderse.

- Que a mi menos... Yah... ¡Jungie! Escúchame Jungie -. Dijo quejándose y alargando las palabras. - Así no se vale... ¡Jungie!

Al ver que está seguía volteada y, al parecer ahora gritando para escucharlo aún menos; Taehyung la jaló del brazo para que está lo viera pero, entre el forcejeo que ambos provocaron, cayeron al suelo y comenzaron a reír.

- ¡Jung, Tae! -. Dijo sorprendido el papá de HwaJung, quien era el responsable de cuidarlos durante el día, mientras su esposa trabajaba al igual que los padres de Taehyung. - Les he dicho que no jueguen así -. Dijo a la vez que los ayudaba a ponerse de pie.

- TaeTae empezó papi -. Trataba de crear una situación de favoritismo pero no funcionó.

- No me interesa quien empezó -. Dijo serio pero tratando de ocultar una pequeña sonrisa.

A los padres de ambos, que eran viejos amigos, siempre les había gustado la idea de que sus hijos pudieran llevarse bien. El señor Kim, papá de Taehyung, incluso bromeaba diciendo que podrían terminar como pareja.

Más de una vez los habían sorprendido escondidos en un armario o debajo de la cama durmiendo abrazados. También aquellas veces en las que Taehyung le robaba besos inocentes a Jung, o donde HwaJung lo premiaba con los mismos.

Un cariño así no se rompe con el tiempo, no se rompió cuando los años fueron pasando y se veían menos tiempo gracias a la escuela. Tampoco cuando se enojaron porque Taehyung comenzó a pasar más tiempo con otros niños, a pesar de eso, encontraron la forma de ser igual o aún más unidos, incluso éstos comenzaron a llevarse bien con ella.

Ni siquiera cuando el padre de HwaJung murió, destrozada, tuvo una época de amargura, en plena adolescencia; no podía ser peor, pero él aún así se quedó a su lado y le ayudo a superar ese momento tan doloroso de su vida; él le regreso su fuerza.

Nada logró romper ese cariño, cariño que con el tiempo se volvió algo más, cuando empezaron a verse de una manera diferente pero sin dejar de lado los hermosos sentimientos que ya se tenían; ninguno dijo nada, ellos seguian divirtiéndose estando como estaban, durmiendo juntos a veces, siendo en su corazón los niños tontos que siempre fueron.

Hasta que, una tarde sus padres le dijeron que la familia de Taehyung tendría que mudarse a Estados Unidos por cuestiones laborales. Esa noticia los entristeció demasiado, durante las semanas previas a la mudanza no se separaron ni un segundo.

El día en que Taehyung se iba a ese país del que sabía poco y por quién sabe cuánto tiempo, en el aereopuerto, antes de subir al avión, el la abrazó.

- Que haces TaeTae, tienes que irte ya -. Dijo reteniendo las lágrimas, cosa que fue en vano porque al oírlo llorar también no pudo contenerse.

- No quiero -. Le contestó. - Me quedaré aquí, contigo.

- Eres un tonto, te amo tonto -. Lo abrazó más fuerte pero tuvo que separarse un poco para verlo a los ojos y poder preguntarle algo que la había estado torturando todo ese tiempo -. ¿No me... olvidarás verdad? ¿Tae?-.

- ¿Olvidarte?, ja, tonta, esa es tu peor broma hasta ahora-. La volvió a abrazar después de contestarle, algo que la hizo soltar un suspiro de alivio combinado con tristeza. - No vuelvas a decir tonterías, te ves más fea cuando eres tonta-.

- Lo que dices no tiene sentido, bobo-.

- Boba tú -. Ambos soltaron una risita, una sonrisa un poco apagada.

- Voy a extrañar todo esto, voy a extrañarte-.

- Yo a ti, lo sabes -.

- Lo sé -.

-Debemos irnos hijo -. Dijo acercándose SaeRa - He arreglado todo ya... ay chicos, volverán a verse, se los prometo-.

Para ella también era triste irse, después de todo ese era su hogar y el de su familia. Pero no había opción.

- Ya voy mamá, ya te alcanzo -. Quería tener un último momento con ella para hacer lo que hace algunos años no hacía.

Es estúpido que las personas siempre esperen a momentos así para hacer las cosas, cuando ya no tiene sentido; se dio cuenta en ese momento.
Lo hizo porque para el tendría sentido, una vez que volviera no sería en vano.

Le robó un beso como los que tantas veces le dió de niños, ella se sorprendió pero una sonrisa se dibujaba en su rostro mientras lo veía alejarse.

Who are you? [ᴋᴛʜ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora