—¿No te da pena ver cómo se burlan de ese chico? —pregunta Min, señalando al "hijo adoptivo" de mi tía, al único que no tiene las agallas de alzar la voz y calmar al idiota de Raúl y sus secuaces.
—¿En serio me estás preguntando eso? —respondo con otra pregunta, y de forma inmediata cierra la boca asintiendo con la cabeza, entendiendo que no hay cosa sobrehumana que me haga cambiar de opinión.
Le doy una mordida a la jugosa hamburguesa, manchándome un poco de mayonesa en la comisura del labio. Min no vuelve a hablar y me siento más cómoda de esa forma. Bueno, eso hasta que Kiki y Lee —nunca diré su autoproclamado apodo ridículo— aparecen y se sientan con nosotros en la mesa de la cafetería, ambos discutiendo sobre algo que no me interesa.
—Gris, dile a este güey que chingar a tu madre no significa literalmente ir a darle un golpe a tu mamá —menciona Kiki. Sus ojos mirando directamente los míos esperando por mi respuesta.
No tengo tiempo de procesar porque, aunque su acento no sea perfecto, me es impactante saber que tiene un gran conocimiento de las malas palabras. Debí saber que el morbo es el primer lugar en la mente de las personas.
—Guau, supongo que antes de aprender la gramática del español, aprendieron maldiciones —me burlo de él, para después darle un trago a mi Pepsi.
—Cómo si no conocieras la mente de un hombre —responde Lee y yo viro los ojos.
—Gris —canturrea Kiki esperando a que conteste.
No es como que sea una santa, pero no voy por la vida como vieja verdulera lanzando maldiciones a cualquiera que se me acerque. Sí, si digo maldiciones, pero no como esas pubertas de preparatoria que se suben al camión y sus charlas son de 90% maldiciones, 10% historias de ligue fallidas.
—No, el significado no es literal.
Mi sueño jamás ha sido explicar a un extranjero lo que significa las malas palabras que se emplean aquí, sería infinito pues incluso con la palabra "chingar" tienes suficiente, pues se usa tanto como verbo y adjetivo calificativo, puede tener una connotación positiva tanto negativa, todo depende del contexto.
—No te vayas a cansar de explicar, Grisy —molesta Lee, logrando su cometido, sacarme de mis casillas.
Dejo el último bocado de la hamburguesa en el plato de desechable, perdiendo un poco el apetito por lo molesto que puede ser Lee cuando se lo propone. Me le quedo viendo por unos segundos, pero no parece surtir efecto la frialdad de mi mirada. Él solo ríe, mostrando sus característicos hoyuelos, demostrándome que, aunque lo mire de esa forma con un cuchillo en mano, no se sentirá intimidado.
Suspiro, sintiéndome derrotada y me gano risas por parte de los tres chicos. Mi mano se dirige al puente de mi nariz, intentando controlarme, intentando entender lo que es tener amigos y que te tomen el pelo casi siempre. Agh, los estoy considerando amigos y no sé como sentirme al respecto. A pesar de no haberlos elegido, ellos lo hicieron, aun no entiendo por qué, pero lo hicieron.
—¿Te vas a comer eso? —señala Min al pequeño pedazo de hamburguesa, sus ojos parecen suplicar por eso y me causa gracia. ¿Qué clase de persona es para querer ese pedacito?
—No, ya se enfrió.
—Sigue siendo comida —responde con una sonrisa, tomando ese pedazo y llevándoselo a la boca. Niego con la cabeza a su extraña reacción.
Recojo la mochila del suelo para ponérmela en la espalda cuando siento una mano en mi hombro que impide me mueva más. Mi cabeza se gira por inercia para saber el causante de eso, llevándome una sorpresa.
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unfortunate ; lee hoseok
FanficÉl es sensible, vulnerable, tierno y de corazón cálido; sin embargo, puede aparentar ser alguien rudo y borde. Ella es insensible, grosera y pedante; sin embargo, su apariencia física pareciera gritar ternura. La personalidad de él no hace más que m...