❥ Capítulo 8

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JeongYeon pensó un momento sobre si lo que iba a hacer estaba bien o mal

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JeongYeon pensó un momento sobre si lo que iba a hacer estaba bien o mal. "A ver... Jeong, ¡es tu oportunidad! SoonYoung se tira a JeongHan así que no hay problema en que me tire a Momo una noche... además, ella me lo pide" Era lo que pasaba en los pensamientos de la coreana, quien a la final decidió hacerlo pase lo que pase.

Momo empezó a depositar pequeños besos húmedos en el cuello de JeongYeon, Haciendo que ésta abriera su boca para soltar un suspiro. — Bien... después te cuento... —

— Así me gusta, hehe. — Soltó una pequeña risa la japonesa, la cual fue callada por los labios de JeongYeon. La estaba besando tímidamente, a un ritmo lento pero que a la vez era sensual. Momo apegó más su cuerpo semidesnudo al de la contraria, haciendo un pequeño vaivén mientras seguía el beso. JeongYeon le pidió permiso para poder entrar con su lengua, la menor no se negó a ésta y dejó que empezaran una pequeña batalla la cual la ganó Yoo. Momo estaba sorprendida del dulce y exquisito sabor que poseían los labios de la coreana, era un sabor tan agradable para su gusto que solamente le daban ganas de besarla una y otra vez.

Las chicas se tuvieron que separar gracias a que él ser humano debe respirar para vivir; JeongYeon tomó un poco de aire y miró el cuerpo de la contraria con lujuria. La japonesa se excitó un poco más al ver la mirada que tenía su amiga. Una sonrisa coqueta apareció en sus labios y los abrió para hablar — Yeonnie... vamos, tú solamente déjame llevar. — Eran las palabras de Momo que traían loca a JeongYeon.

— Momoring... — Digo JeongYeon para después acercarse a su oído y depositar un pequeño beso en aquella zona — No quiero que te arrepientas de esto mañana, ¿Si? — Le susurró con su voz ronca. Acto seguido, bajó lentamente por su cuello y una sonrisa traviesa apareció en su rostro. — Te dejaré una marca más grande y bonita  que la que te dejó el otro... — Susurró JeongYeon antes de atacar el cuello de la contraria, empezando con un beso húmedo para después morderle y chupar con muchas ganas. La coreana de verdad lo estaba disfrutando y Momo aún más. La última nombrada, abrió su boca inconscientemente, dejando que el primer gemido escapara de sus labios. La coreana al escuchar ese hermosos y sonoro sonido, sonrió sin más y siguió dejando pequeñas marcas por todo el cuello de la contraria.

A-Ah...~ Yeonnie...~ — Gimió Momo echando su cabeza hacia atrás — ¿Mañana... c-cómo lo haré con... los c-chu..petones? — Dijo entre suspiros. JeongYeon dejó de atacar su cuello para mirar directamente los ojos de su mejor amiga.

Pues nada, dejarás que los vean. —

P-Pero... SoonYoung... —

— ¿Qué pasa con ese? — Le preguntó JeongYeon frunciendo el ceño, el nombre que menos quería escuchar en ese momento era del chico con ojos de tigre — Tú verás cómo te la arreglas pero quiero que andes por el instituto sin nada en el cuello, como lo hiciste la otra vez. — Después de esto, JeongYeon atacó los labios de su amiga, Momo correspondió a éstos y le siguió el juego. La rubia llevó sus manos hasta la espalda de la contraria y con mucha habilidad le desabrochó el sostén para después quitárselo mientras la seguía besando. Momo acercó más sus cuerpos, pidiéndole a gritos que la tocara más y más.

Yoo dejó a la pelinegra recostada en el sillón para después empezar a depositar besos húmedos desde su cuello hasta sus atributos. Momo lo disfrutaba demasiado y JeongYeon podía saberlo gracias a los gemidos que soltaba; éstos se hicieron aún más presentes cuando la rubia empezó a jugar con sus rosáceos botones. La mayor movía su lengua con agilidad, para después morderlo con suavidad y chuparlo.

A-Ah...~ Mgh...~ — Gemía la japonesa, sacándole una sonrisa a su amiga. JeongYeon siguió un rato haciendo eso para después seguir con su otro pecho. Le encantaba saber que Momo estaba gimiendo por ella y por lo que me estaba haciendo, era lo que siempre había soñado.

La rubia empezó a bajar de a poco, besando el abdomen de la contraria mientras lo acariciaba con cariño.

La coreana bajó con su lengua hasta llegar a la parte íntima de la menor, JeongYeon dirigió su mirada hasta la pelinegra y le preguntó — ¿Me das permiso...? —

— Sí... solamente hazlo. — Le respondió.

A la final, quién se había comido a Momo, quién había escuchado todos sus sonoros gemidos y quién la había echo pasar una noche de pasión en esta oportunidad fue JeongYeon y no SoonYoung. ¡Pobre chico! Qué mal será cuando se entere de que para Momo fue más excitante hacerlo con su mejor amiga que son él.

 ¡Pobre chico! Qué mal será cuando se entere de que para Momo fue más excitante hacerlo con su mejor amiga que son él

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HNLY ♡ jeongmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora