Me has dicho mil veces que deje de fumar y quizás por mi bien tengas toda la razón, sin embargo creo que eres tú lo que más daño me hace, pero todo tiene un límite, y sí, tal vez deba dejar de fumar, por ti, porque siempre me reprochas que lo hago. Hoy iré a hacer las cosas que normalmente hago por el día y la tarde, y cuando vuelva a casa a eso de las 7, te dedicaré la noche, ésta noche será para ti, me fumaré tus besos y tus abrazos, a la par de la noche y delante del silencio te pensaré, y gritaré de rabia en silencio, probablemente quiera llorar y lo haré; y también me fumaré tu nombre, después de eso, ya no me acordaré más de ti.
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Gritos de la Mente
Ngẫu nhiênCierra los ojos e imagina que estas cosas las has gritado en silencio.