Gritos de la Mente

Porque tú ya no estás...

Camino a tu lado todos los días, voy a mi trabajo sonriente todos los días, desayuno en la cafetería y pido dos cafés, uno para mí, y otro para ti, me despido de ti y te digo que te veré luego en casa, me encanta saber que estás para mí, eres muy importante para mí y te has convertido en un ser totalmente diferente a los demás. Intenté llamarte a tu celular en mi hora de almuerzo y no me contestaste, entiendo que puedas no estar disponible en ese momento ésta vez voy camino a casa y son las 6 de la tarde, la gente me mira extrañamente, como si yo tuviera algo en la cara, en una mano llevo mi maletín y en la otra un paraguas pues ha estado lloviendo fuertemente, amo la lluvia, me encanta la lluvia, tanto como me encantas tú. Me gusta la forma en que nos llevamos, tú te ríes de mí y eso que casi no cuento buenos chistes pero aun así siempre tienes esa hermosa sonrisa que me delata. Espero que cuando llegue me abras la puerta y me abraces tan fuerte como si no existiera un mañana, una noche más escuchar de tu voz decir que me extrañabas, y decirte yo lo mucho que te amo, que me digas que me abrigue ya que afuera hace muchísimo frío, que me sirvas la cena en el comedor y cenemos juntos, y luego ver alguna película sentados en el sillón y una noche más, como todas, que duermas a mi lado, juntos una noche más, como siempre; que duermes conmigo, en mis pensamientos, que te tengo conmigo en cada sueño, porque solo así puedo volver a verte conmigo ya que el asimilar la realidad, cruel a más no poder, de que ya no estás viva y a mi lado me mata cada maldito segundo...