Al limite

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Recostado en su cama, Yoongi llevaba largo tiempo sin pegar un ojo, removiéndose en círculos como si estuviera enjaulado. Por más que intentara ni siquiera podía mantenerlos cerrados. Una y otra vez pensaba acerca de todo lo ocurrido, los días pasados, las bromas y el dichoso beso. Se arrepentía de no haberse dejado llevar unos segundos más, asaltar aquella cavidad bucal como tanto lo había soñado. Anhelaba haber actuado diferente, mandar todas las dudas y el sentido común al otro continente y haberlo besado como se le antojara, pero siempre terminaba insultándose por pensar de esa manera.


El mismo se lo había dicho a Seokjin, no quería obligarlo, ni forzar nada, su plan de esperar a que se fuera la situación y el ambiente correcto estaba arruinado. Lo había imaginado especial, ahora lo frustraba porque fue obligado a dar el importante paso de aquella manera, tan desagradable. Un beso que sabía tan bien de la misma forma que sabía tan mal. En aquel momento se encontraba enojado y disgustado, discutiendo, hasta amenazando a su pareja, pero cuando al fin sus labios chocaron, todo lo demás dejo de importar, aun la sensación agradable y cálida cosquilleaba en su corazón, sin importar la tristeza en la que termino.


Se sentía herido, tanto porque su ilusión del primer beso había sido destruida sin piedad, como por lo obstinado y terco que era Jin. Los pensamientos fluctuaban, aceptando ya lo pasado, siendo ridículamente optimista, auto-convenciéndose que no era tan grave, podía volver a su plan original de esperar. Idea que no termino de formularse, como le venía ocurriendo desde hace horas, apenas terminaba de pensar una cosa, su propia conciencia pensaba lo contrario. Cuando comenzó a dudar acerca de la posibilidad de que el Omega llegara a quererle, de que nunca fueran a concretar su unión, unos golpes en la puerta de su habitación lo sacaron de su ensimismo.


-Yoongi ¿Estás dormido? Soy yo, Jin- El Guepardo gruño al reconocer la voz, justo cuando tenía una duda existencial, al Omega le daba por molestarlo a cada momento, seguramente para torcer más las cosas entre ellos. En verdad quería hacerse el dormido pero los golpes no cesaron, obligándolo a responder al llamado.


-SeokJin- Le rugió apenas lo tuvo enfrente, con la mirada vidriosa y perdida -¿Qué te trae a tan altas horas y borracho a mi puerta? ¿Necesitas ayuda para ponerte la piyama?- Pregunto desinteresado.


El Líder se quedó mirando al Guepardo, dejándose llevar por un impulso del momento, se acercó levemente, tomando los hombros del Felino, acortando decidido la distancia entre ambos. Estaban tan cerca, sus rostros podían sentir el calor contrario, ambos estáticos, sosteniéndose la mirada, donde la del Omega era perdida y la del Alfa parecía triste.


Por fin el espacio entre ambos desapareció y sus labios se unieron una vez más esa noche. Yoongi no respondió, dudando su hacerlo o no, gran parte producto de la estupefacción. Aunque con menor intensidad, el roce húmedo se prolongó más que el primero, donde al Felino le pareció eterno, sin saber qué hacer, si separarse o continuar, pensando que tan consciente estaba el Lobo. Luego de un minuto, la calidez de los labios sobre los suyos desapareció, pero Jin no se alejó del todo, sino que moviéndose un poco, acaricio su rostro contra el de él, quedándose apoyando, como meditando.


-Hu...hu...humh...- Hizo un sonido extraño, entre una queja y lo meditabundo, al menos eso rompió el silencio y le dio a entender que iba a decir algo –No eres lo que quiero...


Las palabras fueron suaves, en un susurro que se tornó inentendible pero que bato para clavarse en lo más profundo de él. Aquella inseguridad que siempre le acosaba se había materializado, como si de una pesadilla se tratase. SeokJin lentamente se alejó y observo un rato más el rostro de Yoongi, quien le sostuvo la mirada, con sus brillantes ojos ámbar temblando levemente. Si hubiera estado más consciente, el Omega se habría dado cuenta de la mueca de tristeza que había en el rostro de su pareja. Pero el solamente lo contemplaba en su ensimismo –"Realmente me gusta"- Pensó, y como si nada se recostó contra el Felino, durmiéndose apoyado en él.


Como solo sucedió la primera vez que fue rechazado por Jin, volvió a dudar, sentirse inseguro. Desde hace tiempo se había dado cuenta de que los sentimientos que tenía por su pareja de compromiso, mutaron de un mero encanto producto de la imagen tan atractiva y noble, que fue destruida el primer día del compromiso oficial, para convertirse en algo más que querer, o gustar, a algo tan fuerte que el rechazo que sintió en ese momento, lo devasto ¿Qué podía hacer si no era lo que el Líder quería como pareja?


Miro hacia Jin, recostado pacíficamente contra su hombro, y se dio cuenta que ya no quería estar allí, sus ganas de tenerlo lejos le ganaron a su orgullo, por lo que no le importo huir como un cobarde, dejando al Omega recostado para salir al exterior, con la luna y las estrellas como única compañía, trasmuto a un magnifico Guepardo y se perdió con la intención de no ser encontrado por días, hasta que reuniera la suficiente fuerza emocional para soportar la absolución de su compromiso. 


CONTINUARÁ

¿Quién es más caprichoso? /SuJin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora