Jacob y Renesmee : la Ultima Llama Ardiente ©

Epílogo: ¿Final Feliz?

Jacob:

Llegamos algunas horas después del Amanecer. La gente que veíamos salía de sus casas con un jean, camisas rojas y capas con capuchas rojas...

Nos habíamos retrasado una o dos horas, por un pequeño percance. La ciudad era enorme y muy fácil de perderse. Los Cullen encabezaron la marcha... Sin duda alguna, ellos sabían a donde se dirigían. 

A mitad del viaje tuvimos que cambiar de fase; si los humanos veían a una manada de lobos de entre un metro ochenta y nueve y tres metros iban a sospechar...

La gente comenzaba cada vez más a  concentrarse en la plaza. Todos vestían lo mismo y mareaban...

Noté que Alice dejó de avanzar y se paró en seco, poco a poco sus expresiones se tornaban menos agradables y más preocupadas...

—¿Qué pasa Alice?

—Ellas no habían tomado una decisión. Primero la torturarán y luego... Esperarán a que el sol esté en su punto más alto, para que las personas vean que es una vampira y puedan matarla...

—Tengo que impedir eso...

—Jacob, tu y la manada deben adelantarse. Si nos acercamos ahora tal vez ellos descubran lo que tenemos planeado...

—Hecho...

—Esperaremos en las calles como si fuéramos lugareños y luego entraremos...

—Ok... — nos separamos de los Cullen y comenzamos a encaminarnos...

Los más jóvenes agradecieron tener que separarse de su olor; el castillo lo conocía, sabía la ubicación exacta, así que fue fácil llegar allá...

—Jake ¿Cuál es el plan?

—El castillo está completamente rodeado de chupasangres, la única forma es que los más jóvenes vayan y digan que quieren ver algo...

«Con suerte lograremos dispersarlos, mientras los demás se encargarán de los otros que puedan haber en el camino. Necesito que los aislen para que puedan entrar en fase...»

—Dalo por Hecho...

—Vayan, los Cullen se incorporarán cuando hayan acabado con los primeros; yo iré por Ness. Si necesito ayuda, en algún momento; estén atentos a mis pensamientos...

—Vamos... — los chicos se dispersaron...

Rayan y Brear eran los más jóvenes, así que a ellos les tocó la tarea de distracción; los demás esperaríamos...

—¡Ah! hola, ¿Trabajas aquí?

—Sí, niño...

—Queríamos ver si se podía dar un recorrido por el castillo...

—Ya sabe. Antes de que las personas lleguen

—Todavía no está abierto al público. Deberían saberlo

—¡Clama Hermana! Sólo somos dos turistas que queremos adelantarnos a todos

—Sí, pues creo que les salió mal... ¡Váyanse!

—¿Sabes que creo Rayan?

—¿Qué Brear?

—Que ésta mujer es una aguafiestas... ¡Vámonos!

—Sí... — ambos eran muy buenos irritando a las personas, confiaba en que irritarían pronto a la chupasangre que estaba allí...

Ambos caminaron un poco y luego regresaron corriendo; la sanguijuela los vió y fue tras ellos...