Privilegio De Amar

»14.Mi Historia«

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†Altagracia Sandoval†

—Ya estamos solas, aunque creo que no era necesario que Saúl saliera del lugar.

—No, bueno mira primero quería pedirte disculpas. —negué— de verdad, no se que hubiera pasado si le fuera pasado algo a Matías.

—Pero no le paso nada...

—Dejame hablar, por favor. —asentí y hice un ademán con la mano para que prosiguiera— Tu y Saúl han sido unos ángeles conmigo, y se que me quieres mucho. Pero tienes que ponerte en mi lugar, quiero salir a trabajar y ganarme mi propio dinero, tu podrás verme como una hija, como una hermana y yo verte como una madre, pero igual no somos nada. Entonces no me gusta estar todos los días pidiéndote dinero para comprarme cualquier cosa, entiendeme por favor!

—Primero no tienes porque sentirte culpable, la culpa no fue de nadie. —o al menos eso era lo que pensaba — creo que las cosas pasan por algo, Matias solo quiso llamar la atención. Digamoslo así, yo te quiero mucho y quiero lo mejor para ti, México es una ciudad muy peligrosa y solo no quiero que nada malo te pase, quiero que estudies y que si trabajes sea como toda una profesional. Por favor, hazme caso. ¿No te gustaría seguir tus estudios, ser una profesional? ¿graduarte? ¿tener más amigos? Solo quiero lo mejor para ti, y si tengo que contarte mi historia lo haré, creo que llego el momento y así entenderás el porque de las cosas.

Llegó el momento de contarle la verdad, tenia miedo de como fuera a reaccionar, miedo a su rechazo. La quiero, la veo como una hija y no quiero que se aleje de mi lado.

—Solo te diré, que me entiendas y que por favor no té conviertas en uno más de los que al final me juzgaron. Quiero empezar de nuevo, y Matias me hizo cambiar. —puse mi mano en mi pequeño bulto .—.  Matias y Saúl me hicieron cambiar. —una sonrisa salio de mi boca.—

Sentí su mano encima de la mía.

—Todos tenemos un pasado, y te digo algo? No te juzgare, porque tu no me juzgaste, sabes siempre me enseñaron a escuchar a las personas y nunca eh juzgado a alguien, ni física ni emocionalmente. Y si no eh juzgado a muchas personas que solo las conozco, menos te juzgaría a ti que quieres lo mejor para mi, y que me escuchaste, lloraste conmigo y me aconsejaste además de darme alojo y todo los lujos que eh estado teniendo estos últimos días. Nunca lo haría Altagracia.

Las palabras de Luna me hicieron llorar, de la nostalgia. De la alegría y del miedo, porque aunque ella dijera todo eso el miedo no se iba.

—Solo te pido que no me interrumpas y que todas tus dudas las responderé al final de hablar, y si no puedo más espero que entiendas porque todo fue muy doloroso para mi. Y es una historia muy larga.

Asintio.

†Saul Aguirre†

Estaba llegando a la vecindad por mi mama para le al doctor, estoy nervioso no quiero que tenga nada malo, mi mama, Altagracia y Matias son mi vida, por ellos luchare hasta el fin del mundo.

Al bajar de mi jeep viene saliendo Mónica con Margarita.

Mónica aun trae un yeso en su brazo.

—Mónica. —salude nervioso—

—¿Saul? —pregunto desorientada.

¡Claro! Ella no sabia de mi regreso, en el hospital nunca pase a verla solo preguntaba por ella.