Capítulo 3: Una misión

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"Ella limpiaba desde la aurora al crepúsculo y a la hora de la cena los enanos preparaban para ella platos de exquisitos manjares y delicias"

Blancanieves-Los hnos Grimm

Nieves por donde fuera que pisaba era recordada lo mucho que había cambiado, sus pecas sobre una piel pálida seguían intactas, sus labios ahora iban siempre pintados de un rojo estridente, su cabello negro y chino estaba corto, ahora le gustaba así; sus brazos ahora más fuertes gracias a sus combates y entrenamientos, sus piernas ahora resistían más el correr sin parar, en su espalda llevaba una cicatriz de un intento de captura de un mercenario contratado por su hermano, los vestidos, los lazos, los moños, habían quedado atrás pues Nieves ya no era la misma jovencita que alguna vez habitó bajo el mismo techo que Raeb.

La princesa cerro el tubo de la capsula somnífera y se puso unas botas blancas que subían hasta sus muslos.

Sus pantalones ajustados beige abotonados sobre un cuello de tortuga blanco sin mangas bajo una chamarra bomber blanca con un detalle dorado en la espalda: un sello permanente de la rebelión una lanza con punta triangular rompiendo un diamante en dos triángulos, todo en un tono dorado

—Los niños de la mina aguardan su majestad

—Gracias Red.

Volteó en dirección al chico de capucha roja, ahora el llevaba el cabello un tanto más largo, la capucha roja un tanto andrajosa, más clara por pasar tanto tiempo bajo el sol y sus ojos ahora cansados seguían exhibiendo un color café claro. Si no fuera por las cámaras de sueño muy pocos miembros de la rebelión habrían muerto por la falta de sueño que les causaba monitorear al rey

Se miró en un espejo electrónico revisando la hora, había dormido solo tres horas, pero sentía que había descansado todo un día entero.

Caminó por pasillos, escaleras y salones hasta llegar al centro de mando en lo que alguna vez fue el recibidor del viejo palacio usado por su bisabuela Lisa, ahora estaban equipados con más máquinas codificadas por pino para ser indetectables para el rey oscuro. Algunas mesas con monitores holográficos, otras con armas siendo limpiadas o reparadas. Era ahora la zona de trabajo común de la rebelión y ahora Nieves era una princesa rebelde que ponía en práctica el conocimiento táctico para avanzar en la guerra contra su hermano.

En el centro del huracán que era el salón común, Nieves tenía una mesa redonda con múltiples espejos, Holo-proyectores y artilugios que Pino había modificado después de romper las líneas ley de Marmora.

—Proyecta el mapa.

El sistema operativo obedeció el comando de la princesa y un mapa holográfico de Nevermoore quedó desplegado en el círculo.

—Los niños de la mina están ahora en sus habitaciones, la misión en Tebas fue un éxito, el otro hijo de Anfitrión accedió a darnos información sobre los bordes con Escarpalos — dijo Red mientras sostenía una pantalla desde la cual mandó al monitor una proyección del rostro de Heracles.

Señaló Nieves

—Entonces el héroe más fuerte en los reinos estará de nuestro lado. Muy bien ahora ¿de dónde vendrá el cargamento de cristales para el palacio?

Preguntó Red

—Nuestro informante dice que vendrá de la mina a las afueras de Hamelin.

Nieves volteó a ver a Red en cuanto pronunció el nombre del pueblo.

—Pero la mina está deshabitada.

Respondió Red

—No del todo—dijo Ulv uniéndose a la conversación— hay todavía niños del flautista, pero casi toda la producción la sacan los Goblins y los nuevos mutantes.

Historias Oscuras y Viejas  volumen 2 ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora