Capítulo 13: El baile de seda

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—Primero irás al festival en el palacio, el príncipe asistirá ahí esperándote, créeme tengo mis fuentes.

—¿Las aves?

—Las criaturas nocturnas, las superficies reflectantes... volviendo al tema; tendrás que darle esta poción de amor.

Raeb sostuvo un pequeño vial en sus manos. La botella miniatura conteniendo un liquido rojo, pronto pasó de un estado liquido a uno mineral; volviéndose arena

—Lo debes engatusar, hazlo caer por ti, no tardara en volverte princesa; seras libre y lo único que tendrás que hacer es preocuparte por ti misma y nadie mas, pero primero... tenemos que hacer que llegues al trono de una u otra forma

—¿Como seria eso?

—Primero hay que volverte una princesa.

Raeb chasqueo los dedos y  al instante los harapos se transformaron en un precioso vestido de seda roja decorado con pedrería y detalles plateados, hermosas zapatillas de seda y brillantina estaban en sus pies.

Ashley abrió la boca de la sorpresa, contenta y feliz, se miró en un espejo que el mago conjuro de la nada y vio su cabello acomodado en una cola de caballo, aretes de plata colgando  con un collar y un maquillaje que complementaba la mascara de plata en forma de ave que cubría su rostro.

—Necesitaras un carruaje ¿no tienes tomates o manzanas cerca de ti?

—¿Podríamos volver a la Hacienda?

—Por supuesto.

Raeb chasqueó los dedos llevándolos al jardín de la hacienda, donde la huerta principal constaba de calabazas, papas y berenjenas, aunque la mayoría estaban verdes y jóvenes, imposibles de cosechar, luego recordó una de las bolsas en su silla de montar, una bolsa pequeña llena de regalos para su caballo Herodoto 

Ashley corrió a la bolsa que tenia en la silla; trasculco el interior del cual sacó una calabacilla madura y lista. Por supuesto ya se habían acabado las manzanas

—Eso también sirve.

Raeb le dio una seña a Ashley para colocar el vegetal en el suelo.

La chica puso la calabaza en el lugar que el mago le indicó.

—Yo que tú me apartaría, esto se pondrá raro.

Raeb agitó sus manos y comenzó a manipular la realidad, ensamblando, destrozando, transmutando y sobrescribiendo el código genético de la calabacilla hasta tener en su mente la imagen de un precioso carruaje de plata, decorado con flores y un arnés para el caballo de la joven.

En cuestión de segundos un carruaje precioso se encontraba en el patio central, Ashley estaba maravillada, sin duda lograría hacer que el príncipe cayera por ella.

Raeb puso a un androide pequeño en el suelo y este rápidamente creció hasta volverse un conductor para el carruaje, también este de color plateado decorado con un emblema real, aunque era uno inexistente ayudaba mucho a la ilusión de la llegada de la princesa de un reino lejano.

Raeb fue al oído del caballo de Cenicienta; susurro algunas palabras irreconocibles y lo mando a tomar el lugar que le correspondía 

—Ahora solo recuerda esto pequeña avecilla, estos encantos no duraran para siempre, mi magia tiene un limite, dependiendo de cuanta energía tenga, tienes suerte de que no tuviera mucho que hacer hoy, pero aun así yo que tu escapaba del baile a la media noche.

—¿Que pasa si me quedo un poco más?

—Las ilusiones y glamour desaparecerán y todo volverá a ser lo que era.

Historias Oscuras y Viejas  volumen 2 ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora