" Y cada día el príncipe visitaba la torre cuando la bruja abandonaba el lugar, escalaba y se reunía con su amada"
Rapunzel- los hnos Grimm.
Mucha gente se ha preguntado lo que es realmente el pantano Madrigal.
Algunos dicen que se trata de unas ruinas de uno de los lugares más hermosos de España, algunos otros teorizan de que es un sitio que recuerda una catástrofe ambiental en la que la primera máquina modificadora de ambiente y clima se tornó contra sus creadores para que al final la ciudad fuera devorada por el pantano, hay muchas teorías sobre qué es lo que realmente había pasado con Madrid pero lo único que se sabe ahora es que entre las ruinas de sus edificios se encontraba la torre que resguardaba los secretos de estado en Nevermoore.
Hansel no se había dado cuenta de lo mucho que habían escalado.
Su mano pasó de lado otra de las piedras que sobresalía de entre el edificio de la calle mayor. En la punta del más alto de los edificios se encontraba la prisión de Madrigal; un lugar en donde los enemigos de la corona eran resguardados y en la última de las prisiones en la cúspide de ese lugar se encontraba resguardada la salvación de los rebeldes... o Rabunzil como prefería que la llamaran.
—¿Cuanta más falta?
—Solo dos pisos más Rose.
—¿Por qué lo haces ver tan fácil?
Rose contra todos sus instintos volteó abajo, recordando que ahí crecían árboles, ramas espinosas y serpientes que se enroscaban en las ramas, Rose en especial repudiaba los reptiles.
Volteó a los lados contemplando un paraje desolado. Edificios de cristal, casas de algunos cuantos niveles, departamentos, estacionamientos, todo en ruina y con los días contados, la torre era lo único que se erigía orgulloso y resistente en ese escenario maldito, las ramas y enredaderas, los animales, todo parecía devorar la ciudad lentamente excepto por ese edificio.
—Lo es una vez que te acostumbras a dar todo por tus causas... además creí que, para este punto, ya te habías acostumbrado.
Respondió Hans señalándole el lugar de encuentro.
—Lo siento, pero los edificios de siete pisos no están bien vistos en mis agendas laborales. No desde que soy la mano derecha de la princesa—dijo Rose tratando de recuperar su aliento.
—Claro capitana.
La cola de caballo de rose era movida por el viento suavemente, sus botas magnéticas rojas y sus guantes sin dedos rojos combinaban con una tela roja atada a su cintura, su chaleco tenia un gancho de magnetita que había sincronizado eléctricamente con la cuerda, sus pantalones de gamuza beige se sentían menos y menos térmicos a medida que el aire recorría el flanco derecho a la hija de la dama de Gevaudan.
Su compañero más alto y con mejor físico llevaba un chaleco de mezclilla sobre una camisa blanca, pantalones cafés y botas de monta negras con hebillas que denotaban su lealtad a la rebelión, forjadas por los restos del cepillo que envenenó a Blancanieves, en caso de encontrar a la bruja Gothel, el encajarle uno bastaría para ponerla a dormir.
Los dos cargaban en sus mochilas, aparatos electrónicos, comida para Rabí y ganchos magnéticos que se sincronizaban con las cuerdas, en caso de que una emergencia ocurriera.
Las cuerdas de titanio y selelita terminaban en un gancho que se encaramaba permanentemente a una estructura en la torre, cerca de donde varios balcones metálicos aun se encontraban en pie,
Los dos se detuvieron en uno de los balcones de metal, buscaron el que estaba más alto y persistieron escalando hasta adentrarse en la seguridad decadente de la estructura
—¿Lo haces tú o lo hago yo?
Preguntó Rose intentando exhalar normalmente mientras trataba de enfocar la vista como le había enseñado su abuela.
—Mejor yo.
Hansel se paró debajo de la ventana a la habitación de la doncella.
—¡Rabunzil!¡Rabunzil deja caer tu cabello!
Al instante la fina cabellera como la de una princesa salió por la ventana en una larga y resistente trenza que hacía las veces de cuerda.
La primera vez que trepó en ella Rose sintió que era demasiado frágil, que Rabí sufriría bastante por cada roce de su mano en su cabello, le daba la impresión de ser inestable, que resistiría poco y que con un solo tirón el cabello caería junto con ella para ser devorada por los cocodrilos del pantano.
No fue hasta que Hans trepó que de verdad le inspiró confianza, si podía con él, seguro también con ella.
Hans y Rose comenzaron a escalar hasta que el chico divisó el rostro sonriente de Rabí. Mientras ella tiraba de su cabello para ayudarlos a trepar.
El interior de la torre era acogedor, el hormigón gris combinaba con una cortina y un juego de sala del mismo tenue color, los muebles en un tono rosa pálido de la joven, solo denotaban que esa era su oficina de seguridad, más no que se trataba de la alcoba o el verdadero lugar donde ella viviera.
Tan pronto Hans estuvo al lado de Rabí, Rose le siguió y se saludaron cordialmente.
—Mi guardia — la joven encerrada en la torre besó a Hans en la mejilla — Señorita capitana.
Rabí hizo una pequeña reverencia para Rose, luego se abrazaron.
Viéndolos juntos era claro por qué se habían fijado el uno en el otro, Hans podría no tener la mejor cara y a veces parecía mucho menos años que su verdadera edad, pero tenia unos ojos resplandecientes y una sonrisa blanca como la nieve, Rabí a pesar de tener un poco descuidado el cabello aun resplandecía por su propia cuenta; ella tenia unas facciones griegas, no muy pronunciadas y no muy invisibles, su nariz era recta, su barbilla resaltaba, algunas pocas pecas en sus mejillas parecían tener la forma de un sol si las veían con detenimiento, algunas en sus brazos resaltaban por el vestido blanco con mangas abiertas, su belleza clásica como la de algún antiguo cuento griego era innegable.
—Señorita Rose es un gusto tenerla aquí de vuelta.
—Para nosotros es un honor recibir tu ayuda.
Rabí le dio a Rose un chip con las grabaciones de la celda de su abuela, Rose la tomó y comenzó a revisar en una pantalla portátil que sacó de su mochila.
—Hola cariño.
Exclamó Hans abrazando a la chica de pelo largo
—¿Noticias sobre la abuela?
Le preguntó Hans a Rose
—Sigue aquí, gracias a los dioses que el rey vampiro no ha venido de visita en meses.
—Gracias Rabí.
Expresó Rose, mientras se sentaba cerca de la ventana
—De nada.
—¿Tienes el encargo? —preguntó Hans mientras miraba en el monitor de las cámaras de la chica a los prisioneros de la Torre convivir en el primer patio interior.
—Gothel lo cumplió, aunque está algo dudosa de para que lo necesito.
—Meh... si yo fuera tu madre, imaginaría que es un objeto más en tu colección.
—Gracias señorita Rose.
—Para eso son las amigas.
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Historias Oscuras y Viejas volumen 2 ©️
Ficțiune științifico-fantasticăBienvenido a un mundo de cuentos, donde las historias son más de lo que imaginas. Ahora llegas en un tiempo turbio, en el que la rebelión esta por enfrentarse de forma definitiva a la corte de cuervos, sumado a esto una nueva clase de riesgos amenaz...