Esta es la cuarta parte de la historia.
Louis Tomlinson, es un temible alfa multimillonario y muy poderoso. A lo largo de su vida se ha ganado muchos enemigos y también a levantado muchas envidias. Un día todo cambia y de un momento a otro se encuen...
La verdad era que Harry no estaba así solo por lo que le estaba sucediendo su hijo sino porque la idea de estar lejos de casa y más el país de dónde era su alfa le removía las entrañas pues al parecer seguía sin tener superado sus miedos.
El rizado estaba aterrado por si este lo dejaba en cualquier momento y ese miedo lo proyectaba en rabia contra él porque creía que Louis estaba encantado por regresar, pero no era así.
El alfa estaba deseando irse de nuevo para Holmes Chapel donde estaba su vida, él ya no pertenecía a Los Ángeles y Estados Unidos no era su país, Louis se sentía nativo de Inglaterra, donde años atrás había llegado tras una broma macabra del destino y había encontrado su lugar y por supuesto al amor de su vida.
Por eso, a pesar de que las cosas se habían enfriado entre ellos, su amor estaba intacto y el alfa seguía loco por el omega, aunque esté tuviese la cabeza en otro lado y ni siquiera quisiese tenerlo cerca.
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Menos mal que las cosas empezaron a cambiar tras una semana de la operación de William y éste comenzó a mejorar, al menos hablaba con el médico y las enfermeras, con Louis y con Harry aunque los miraba estaba más reacio.
El omega se acercaba a la cama del niño con lágrimas en los ojos buscando el perdón y aunque este deseaba perdonarlo, aún estaba muy resentido por la mentira.
Le fue duro descubrir que no había sido un mal sueño y que en verdad estaba culpando a sus padres de que si caballito hubiese muerto cuando no era culpa de nadie, sino de un revés de la vida.
Mientras en Inglaterra, en la explotación Stylinson, todo iba muy bien pues Niall lo hacía perfectamente, Louis confiaba en el más que en si mismo pues era un buen capaz, el cual organizaba de maravilla a los trabajadores y toda la mercancía era entregada a tiempo y en buenas condiciones.
El mantenimiento de la granja estaba al día, aunque llevar todo eso a cabo apenas le dejaba tiempo libre por lo que extrañaba mucho a su alfa, la cual entre las horas en la Universidad de Londres y luego las horas de viaje, luego llegaba y se encerraba para estudiar las materias.
Tenían muy poco tiempo para estar juntos pero eses pequeños momentos que tenían y que casi siempre eran al atardecer, eran vividos con intensidad por la enamorada pareja.
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